Por: Ramón Antonio Negro Veras
Para conocimiento
de la presente y futura generación de dominicanos y dominicanas, me permito dar
mi testimonio con relación a un hecho ocurrido el día 1 de mayo de 1972, en el
cual fui víctima de una brutal agresión ejecutada en Santiago por miembros de la Policía Nacional.
Atendiendo a una
invitación que me hizo la directiva del Sindicato de la Tabacalera, de
Santiago, procedí a dictar el día 1 de mayo de 1972, en horas de la mañana, una
charla a sus miembros en el local de su organización, ubicado en la avenida
Central esquina Sánchez. Mi exposición tuvo por título: “Este Primero de Mayo y Siempre, la Clase Obrera con el Pueblo de
Vietnam”.
El motivo por el
cual expuse el tema de Vietnam, fue porque todavía el pueblo vietnamita se
encontraba en lucha firme contra el imperio del Norte, y se imponía que el
primero de mayo, fecha histórica de los trabajadores a nivel
internacional, la charla se la dedicara
a ese heroico pueblo.
Una vez terminé mi
intervención, los directivos y todos los trabajadores presentes comenzaron a
disfrutar de una pequeña fiesta, pero antes de iniciar la misma el dirigente
sindical Nelson Vásquez, dijo que en vista de que los compañeros de la Unión Nacional de
Choferes Sindicalizados –UNACHOSIN-, no tenían dinero para comprar golosinas y
refrescos, se les preparara una caja con bocadillos y otras picaderas. Una
comisión se trasladó al local de UNACHOSIN, para esa época ubicado en la
segunda planta de un edificio situado en la calle Pedro M. Hungría de la ciudad
de Santiago.
Los comisionados
regresaron al poco rato e informaron que no habían podido hacer la entrega de
las golosinas porque fueron impedidos de entrar, ya que el Servicio Secreto de la Policía Nacional
había ocupado el local y estaba reprimiendo a los trabajadores que se
encontraban en su interior. Ante esa información, la directiva del Sindicato de
la Tabacalera,
decidió que una comisión fuera al local de la Unión Nacional de
Choferes Sindicalizados -UNACHOSIN-, a
mediar con la
Policía Nacional. Los directivos acordaron que yo formara
parte de la comisión mediadora. Acepté la decisión. Los comisionados partimos a
cumplir con el encargo.
 |
Joaquin Balaguer |
Al llegar al local
de UNACHOSIN, en la puerta de la primera planta estaba de servicio un teniente
de apellido Columna. Le expliqué el
objetivo de nuestra visita. El nos dijo que el Servicio Secreto estaba arriba,
en la segunda planta, repartiéndole palos a todo el mundo… y hasta niños hay
ahí, terminó diciendo. Cuando él finalizó su exposición yo le dije: pues
entonces con mayor razón acompáñenos hasta la segunda planta para ver qué se
puede hacer. El teniente accedió, nos guió hacia donde estaba el Servicio
Secreto de la policía.
Una vez llegamos
al último peldaño de la escalera, el capitán Bienvenido Cruz Acevedo dijo, dirigiéndose a mí: “Este hijo de
puta es el que está aquí organizando este desorden; acto seguido le ordenó a un
agente que me golpeara; el agente policial y otros más me propinaron golpes por
la cabeza y otras partes del cuerpo; me arrastraron por el piso, cargaron mi
cuerpo y me lanzaron desde la segunda planta del local de UNACHOSIN hacia el
pavimento, donde mi cuerpo fue recogido por los mismos agentes policiales,
quienes me introdujeron en un carro policial y me trasladaron a la morgue del
Hospital José María Cabral y Báez, desde donde luego fui llevado e internado en
el Centro Médico Cibao; allí permanecí varios días. El Dr. Salvador Jorge
Blanco, para esa época mi compañero
de oficina de abogado, fue quien gestionó mi traslado al Centro Médico.
Las lesiones que
recibí en distintas partes del cuerpo fueron muy severas hasta el punto de que
durante mucho tiempo me afectaron parte del cerebro lo que me impedía coordinar
mis ideas. (1)
Lo peor de todo
fue que además de la golpiza, la Policía Nacional en combinación con el Procurador
Fiscal, preparó en mí contra un infamante expediente y me sometió a la
justicia. El fiscal titular me impuso una fianza, pero el Procurador de la Corte declaró que yo no era
culpable de los hechos que se me imputaban y dispuso mi libertad. (2)
El Capitán
Bienvenido Cruz Acevedo, para la
época Jefe del Servicio Secreto de la Policía Nacional
en Santiago, había manifestado inquina contra mi persona porque yo demostré, en
el año 1970, en el caso de José
Antonio López -El Che-, que él, Cruz Acevedo, había llevado la pistola que pusieron en la casa de José Antonio
López –El Che-. También se sentía
molesto conmigo porque yo había sostenido que Lorenzo Enrique Vargas –El
Sombrerero-, no había participado en
el asesinato de Boyoyo, ni en el
crimen contra los esposos Porter y
que, por el contrario, los familiares de Boyoyo señalaban a la policía, y específicamente al Servicio Secreto,
como responsable del crimen contra Boyoyo.
Además, el agente
policial a quien Bienvenido Cruz Acevedo
ordenó me golpeara, el Sargento Andrés García, fue el mismo que puso la pistola en la casa de El Che, como bien lo declaró ante la Corte e Apelación la testigo
Ana Lucía Rodríguez. (3)
 |
Victor Castellanos |
Al momento de la
policía darme la golpiza, el 1 de mayo de 1972, el Procurador Fiscal titular en Santiago lo era el Dr. Gustavo
Félix Carvajal, el mismo que en el
año 1970, formuló en mi contra una
querella porque, supuestamente, lo había difamado e injuriado al decir que él
era un mentiroso porque había instrumentado la acta de allanamiento falsa donde
hizo constar que, alegadamente, él había estado presente cuando apareció la
pistola que portaba la víctima, el Capitán Vinicio Polanco, la noche cuando fue asesinado.
Por esta razón fue que, contrario a lo que declaró el Licdo. Federico
García Godoy, quien manifestó que yo
no tenía ninguna responsabilidad de lo ocurrido el 1ro. de mayo, el Dr. Carvajal, dijo que sí, que yo era culpable de los hechos que habían
sucedido en UNACHOSIN y que, por tanto, para salir en libertad debía de pagar
una fianza de RD$20,000.00.
Luego todo quedó
comprobado, hasta el punto de que la jefatura de la Policía Nacional,
dispuso el traslado del Capitán Cruz Acevedo y de todos los agentes que participaron en la golpiza en mi
contra. (4)
Debo precisar que
mientras me encontraba interno en el Centro Médico Cibao, me visitó el Dr.
Víctor Castellanos, para esa época
Senador por la provincia de Santiago, y me manifestó que el Dr. Joaquín
Balaguer, le había dicho que veía
con buenos ojos que yo abandonara el país y que estaba dispuesto a poner a mi
disposición un cargo consular donde yo lo escogiera. Le manifesté al Dr.
Castellanos, que le dijera al Dr.
Balaguer que yo le daba las gracias
por su preocupación por mi persona, pero que no estaba dispuesto a abandonar el
país. Luego de la conversación con el
Dr. Castellanos, fui informado de
que en Santiago, grupos políticos que me adversaban estaban motivando al Dr.
Balaguer, para que me
deportara.
El periódico El
Sol de fecha 5 de mayo de 1972, publicó
una noticia calzada con la firma del periodista Rubén Abreu Méndez, la cual dice, entre otras cosas:
“Rumoréase Abogado Podría
Ser Deportado”. Se rumoró ayer con insistencia, que sería deportado por el
gobierno el Dr. Ramón Antonio Veras, secretario general de la Asociación de Abogados
de Santiago. El abogado, quien guarda cama tras una severa golpiza que le
propinaron varios policías, dijo que jurídicamente no puede ser deportado.
Veras fue consultado sobre los rumores, que también llegaron a su habitación
del Centro Médico Cibao. Anteayer se conocieron por primera vez estos rumores
en el Palacio de Justicia de esta ciudad, mientras eran interrogados más de 40
detenidos durante los sucesos acaecidos el día primero en el local de Unión
Nacional de Choferes Sindicalizados Independientes (UNACHOSIN). A mi no se me
puede extrañar del país porque la Constitución me ampara y me da derecho a vivir aquí” expresó el joven abogado
santiaguense. Señaló que ninguna sentencia de ningún tribunal me ha condenado a
ser extrañado del territorio de la República Dominicana.
Dijo el DOCTOR VERAS que él no ha cometido ningún delito y tengo derecho a
vivir en mi país porque soy tan dominicano como el que más. La agresión de que
fue objeto el dirigente de la
Asociación de Abogados de Santiago ha merecido el repudio de
las organizaciones profesionales del país y de voceros de opinión pública.
Algunos profesionales locales mostraron ayer su preocupación ante los
insistentes rumores de la deportación del DR. VERAS. De inmediato no se pudo
determinar que actitud asumirán las organizaciones profesionales en caso de que
se materialice la expulsión del abogado. VERAS agregó que aunque conmigo se ha
cometido una violación a los más elementales derechos humanos, sigo creyendo
que todo dominicano tiene derecho a vivir en su país. Ahora bien, ante tantas
arbitrariedades que se cometen, no me sorprendería que alguna cabeza anide la
idea de extrañarme del territorio nacional, apuntó. Considera el profesional
que nadie puede ubicarlo en ninguna organización política porque se dedica
única y exclusivamente al ejercicio de su profesión. El DOCTOR VERAS se ha
destacado en esta ciudad por su defensa de jóvenes acusados por motivos
políticos y porque ha puesto su profesión gratuitamente al servicio de personas
de escasos recursos económicos. Al
respecto dijo que “no voy a temer bajo ninguna circunstancia defender ante los
tribunales a todo aquél que acuda a mi oficina reclamando mis servicios
gratuitos aunque esa defensa me traiga consecuencias peores que las que estoy
sufriendo actualmente”. Dijo saber que la situación de animosidad hacia mi
persona en algunos sectores es el resultado de la defensa que ha hecho en
estrados de algunas personas que tienen expedientes con fondos políticos. Aclaró que cuando una persona le requiere sus
servicios profesionales “yo no le pregunto su filiación política; me basta
estudiar el expediente y determinar que se está cometiendo una injusticia con
el acusado”. Informó que las charlas y conferencias que viene dando tienen como
objetivo principal edificar a los sectores del pueblo que no han tenido acceso
a la escuela para que comprendan cuáles son los derechos humanos y las vías
para hacerlos efectivos. Si en nuestro país se comprendiera el significado de
los derechos humanos con mi persona no se hubiera cometido un acto de
arbitrariedad material como el que se cometió y moral porque se me trata de
involucrar en un expediente que a todas luces es el resultado de un revanchismo
de tipo personal. El DOCTOR VERAS se encontraba ayer aún internado en el Centro
Médico Cibao, donde está desde el pasado día primero, fecha que fue agredido
por agentes de la
Policía Nacional.”
Por feliz
casualidad, solamente recibí la golpiza y el sometimiento que me hizo el
fiscal. La deportación quedó en la mente calenturienta de aquellos que no
aceptan el debate de las ideas.
Debo destacar que
el Dr. Víctor Castellanos, en todo
el curso de la conversación que sostuvimos demostró mucho pesar por mi estado
de salud, y se manifestó indignado por la acción que se había llevado a cabo
contra de mi persona. Como abogado y como político, el Dr. Víctor Castellanos, siempre demostró ser un hombre
decente, respetuoso y sensible.
Permanecí interno
en la clínica durante veintiocho (28) días.
Esta es la
realidad de lo ocurrido el día 1 de mayo de 1972, cuando se cumplen hoy
cuarenta (40) años. NO guardo ningún rencor contra mis agresores; para mí fue
un hecho propio de la coyuntura política que vivió nuestro país durante los
fatídicos doce (12) años del doctor Joaquín Balaguer.
New York, NY.
1 de mayo de 2012
FUENTES DE CITAS:
1.- El Nacional, 4 de mayo de 1972.
2.- El Sol y La Información, 10 de mayo de 1972
3.- Listín Diario, 8 de mayo de 1972.
4.- El Caribe, 8 de mayo de 1972.