lunes, 24 de febrero de 2014

Cerro Maravilla: un encuentro con la historia

Roberto R. Rodríguez R.



 CERRO MARAVILLA (Puerto Rico) Recorrer la ruta  que lleva desde San Juan a Cerro Maravilla (también renombrado Cerro de los Mártires) en Villalba, Puerto Rico, unas dos horas de carretera, es sentir la emoción de quien viaja hacia el encuentro con la historia del sacrificio heroico que en 1978 se escribió con la sangre de la inocencia traicionada y que puso al desnudo la conspiración contra la patria de Pedro Albizu Campos. La misma sangre que corrió cuesta abajo y ahogó en pueblos y ciudades puertorriqueños la impunidad y las mentiras conque el fascismo pretendió encubrir la vandálica acción acunada por quien actuando en nombre de la ley y al servicio del poder extranjero encabezó el entonces gobernador neofascista  Carlos Romero Barceló.
Arnaldo Darío Rosado y Carlos Soto Arriví, dos jóvenes independentistas, fueron llevados el 25 de julio de 1978 a Cerro Maravilla por un agente encubierto bajo el engaño de acometer una acción político-militar con la excusa de conmemorar dos hechos trascendentales ocurridos en Puerto Rico en ese mismo día pero de 1898 y 1952. El primero el desembarco de tropas norteamericanas que terminó convirtiendo a Puerto Rico en colonia y la proclamación de la constitución del Estado Libre Asociado que aún rige, pero en 1952.
Algo más de 35 años después, aunque el lugar donde ocurrieron los hechos se encuentra en un notable abandono, no así en la memoria de los ciudadanos contemporáneo que vivieron el desarrollo de los acontecimientos que hasta hoy son temas de conversación entre los puertorriqueños.
Aunque las opiniones sobre los hechos del 25 de julio de 1978 pueden variar de acuerdo con la idea política de cada quien, difícilmente se encuentre –incluso entre seguidores de Romero Barceló—quien descargue de responsabilidad al entonces gobernador, quien llegó a llamar “héroes” a los policías que cometieron la ejecución.
Incluso llegó a conocerse que la planificación y puesta en ejecución de los asesinatos se hicieron para atender presiones de Washington que había estado preocupado por otros hechos de corte terroristas ocurridos entonces en Puerto Rico y que fueron inducidos por el mismo agente encubierto, Alejandro "El Fraile" González Malavé.
El objetivo era crear las condiciones para entonces propiciarles “una lección a los independentistas”. González Malavé fue cosido a tiros llegando a la residencia de su madre en 1986, en la ciudad de Bayamón. Ese hecho ocurrió la tarde del 29 de abril, solo dos meses después de su absolución por el secuestro del taxista  Julio Ortiz Molina, quien fue secuestrado la mañana de ese día en Ponce y llevado a la escaparda montaña.
El viaje a Cerro Maravilla era supuestamente volar las torres de la estación Rikavisión y la de la policía que se encuentran en ese lugar aún. Por el entrampamiento a los dos jóvenes asesinados, González Malavé no fue acusado debido a que se le ofreció inmunidad a cambio de su testimonio sobre la ocurrencia de los hechos.
El relato más certero sobre los acontecimientos de Cerro Maravilla, está contenida en una crónica escrita por Roberto –Pachi- Ortiz Feliciano y que ponemos íntegra en esta dirección, convencidos como estamos de que el suero de la verdad debe fluir transparente cuando se trata de hacer justicia contra los abusos del poder:
http://ortizfeliciano.blogspot.com/2010/07/cerro-maravilla-se-escucho-una-voz.html

Y nunca conoceremos la verdad

Hamlet Hermann

A principios de noviembre del 2013, el gobierno sometió al Congreso Nacional una adenda al presupuesto del año siguiente con una sensible reducción de las asignaciones planteadas previamente para el Metro de Santo Domingo. Alegaban entonces que esos fondos serían utilizados para mejorar los salarios de los médicos y otros sectores de la sociedad dominicana.

Quince semanas después de aquel trasquilamiento, el 10 de febrero de 2014, ese mismo gobierno anunció que aportaría los fondos necesarios y suficientes para retomar la construcción de la segunda línea del Metro como forma de dar respuesta a los reclamos de los habitantes de la zona oriental de la capital. Esa fue una excusa difícil de creer porque tan reducidas movilizaciones nunca han logrado algo de un gobierno con las arcas vacías. Habría entonces que preguntarse: ¿Que pasó en realidad?

A pesar de ser una empresa que desde que surgió se ha mantenido más allá del punto de quiebra, tan pronto el gobierno planteó públicamente la disminución de su presupuesto, eructaron los “metristas” desde sus propias filas. Ni siquiera dieron tiempo a que algún sector social se manifestara libremente. Quienes salieron a reclamar fueron los “dolientes” que han disfrutado de las mieles del tren subterráneo. Un suplidor de materiales de construcción, un contratista, un economista mercenario, un consultor a sueldo de la OPRET y un magnate de las bancas de apuestas quien organizó unos cuantos micromítines. Ellos forjaron unas “movilizaciones populares espontáneas” a favor de seguir despilfarrando el erario para beneficio de uno de los grupos del Partido de la Liberación Dominicana.

En su ambición quisieran ocultar que, en la medida que el dichoso Metro se amplíe, así mismo irán creciendo las pérdidas. No hay esperanza de atenuarlas ni amortizarlas mientras no haya una administración transparente en el uso de los fondos que se le entregan.

La arrogancia que demuestran en cada declaración pública evidencia la clase de poder que ejercen sobre las asignaciones presupuestarias que se les otorgan. Como medida puede usarse el tenaz empecinamiento de Diandino Peña al oponerse a que se instalen y pongan en funcionamiento las líneas alimentadoras del Metro. Tan obstinado es que ha sido capaz de comprar casi cien autobuses, pagar comisiones a  unos intermediarios, coimas a otros, intereses bancarios a tasas comerciales y expresar agradecimientos a algunos organismos internacionales por sus donaciones, para entonces dejar podrir a la orilla del mar esos vehículos, antes que ponerlos en servicio para beneficio de la eficiencia y rentabilidad del Metro.

Pero no aparece la racionalidad suficiente para ceder en su resistencia a instituir las rutas alimentadoras. No porque sean ignorantes o ingenuos. Todo lo contrario: son excesivamente sabichosos. Su proyecto estratégico consiste en que las innúmeras líneas del sistema del Metro que proyectan se alimenten unas a otras. Parece cosa de imbéciles, pero no lo es. Es que son desmesuradamente ambiciosos al querer gastar diez mil millones de dólares en algo que podrían lograr con menos de un solo millón de dólares. La ambición es inconmensurable y el desprecio por la eficiencia, absoluto.

Volviendo al tema original del cambio de orientación de parte del gobierno de Danilo Medina en torno al financiamiento del Metro cabe hacer varias preguntas:

¿Qué motivó que los administradores del Estado tuvieran preferencia para invertir en beneficios sociales en noviembre y que ahora, alegando reclamos populares, abastezcan sensiblemente al barril sin fondo del Metro? ¿No es aplicable en este financiamiento el “sunk cost”?

¿Fue esta puesta en reversa un componente de la pugna entre Danilo y Leonel a la que había que buscarle un “bajadero” para evitar rompimientos prematuros y desagradables en torno al Congreso del PLD?

¿Existía algún acuerdo, secreto e inviolable, de Leonel Fernández vinculando las construcciones del Metro de Panamá con el de Santo Domingo?

¿Encontró el gobierno, súbitamente, el dinero que no existía quince semanas antes, hasta el punto de que alcanza para obras de bien social y para el Metro?

¿Existió alguna presión insoportable desde los centros financieros que aportan capitales al gobierno actual?

¿Hubo insinuaciones brasileiras que sugirieron el cambio de opinión?

¿Todas las anteriores?

Parece que nunca sabremos la verdad que nos haría libres porque, por más divergencias que pudieran tener los del PLD, entre ellos se guardan las espaldas para tratar de preservar el poder hasta 2044.

 

Un encuentro por Santiago

Ramón Antonio Veras

1.- El país está viviendo una etapa de su historia en la cual amplios sectores de la vida nacional manifiestan interés  en  someter a discusión  temas que preocupan a la nación. Seminarios, coloquios y conferencias se efectúan casi a diario,  algunas veces  de carácter   regional  o  local.
2.- reo que resulta sumamente interesante que alguna universidad, organización empresarial o gremial de Santiago, decida tomar en consideración la posibilidad de efectuar en esta ciudad una especie de coloquio, conversatorio o debate, en el cual se discuta la situación que se encuentra la comunidad en lo que se refiere a sus servicios públicos básicos,  y  principalmente  examinar el  comportamiento que han asumido sus fuerzas vivas; los sectores, clases y capas sociales llamadas a incidir en forma determinante en todo lo que tenga cardinal importancia para Santiago.
3.- Ese encuentro, que creo que no puede efectuarse de un día para otro, ni en cuestión de dos o tres horas, se deben poner en agenda para ser discutidos en forma franca y con sentido realista y crítico, todos los puntos en los cuales aquellos que tienen poder con influencia no han aportado nada o han  sido tímidos en su accionar por  el bien de la ciudad de Santiago.
4.- Los hombres y mujeres sensatos de Santiago con sentido de progreso, no pueden actuar como el avestruz, ocultando la cabeza, cerrando los ojos, cubriéndose la cara o volviéndola para otro lugar para no ver la realidad, lo que está a la vista de todos, lo que no se puede esconder: que Santiago se está hundiendo en nuestras  propias narices.

5.- No resiste el más mínimo análisis que una ciudad como la de Santiago, que cuenta en su seno con tantos y tantos hombres y mujeres de talento,  con formación desarrollista y visión empresarial de futuro, se comporten tranquilos, serenos,  sosegados,  algo así como si a su alrededor nada estuviera pasando.
6.- Con un encuentro como el que he planteado realizar en Santiago, sólo nuestra comunidad resulta favorecida porque permitiría a sus munícipes más activo, lucidos y con inquietudes,  analizar y procurar  la solución  de asuntos que nos están lesionando a todos.
7.- Los problemas que afectan a Santiago no son sectoriales, sino comunitarios. Las dificultades se agravan, si no se enfrentan a su debido tiempo; los inconvenientes analizados  en equipo  se  solucionan.
8.- El estado de abandono que exhibe Santiago desdice mucho de sus habitantes  como personas civilizadas y decentes;  como integrantes de una comunidad con tradición de ser munícipes preocupados por el buen funcionamiento de su ciudad en lo que se refiere a orden y aseo.
9.- Si la Alcaldía de Santiago, no tiene en su agenda cambiar la cara de Santiago de sucio a limpio, de mugriento  a aseado; de caótico a  ordenado; de turbulento a tranquilo;  de oprobioso a honroso; y de inviable a viable; entonces los santiagueras y santiagueros que queremos a Santiago estamos en el deber de reunirnos para en conjunto analizar qué no hemos hecho, por qué la pasividad ante la fea realidad que pinta nuestra ciudad, y qué  hacer por ella con  la vista puesta  hacia  el futuro.

Empresarios que practican la esclavitud

Luis Amílkar Gómez 

El empresariado dominiciano siempre ha sido considerado uno de los más atrasado en toda América Latina. 

En las empresas criollas ha imperado el atraso en las relaciones obrero-patronales, los salarios históricamente han sido bajos, los beneficios mantienen niveles mínimos, las condiciones de trabajo muy duras y las fábricas son manejadas despóticamente. 

Es lo que se llama capitalismo primitivo o salvaje. 

Los pocos beneficios que han obtenido los trabajadores dominicanos han sido logrado a través de una fiera lucha laboral y a través de leyes que han sido aprobadas durante largas batallas con los legisladores y el gobierno. 

Ahora, el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), quiere modificar el Código Laboral.  Pero no para mejorar las condiciones de sus trabajadores, sino para convertírlos prácticamente en esclavos. 

Leamos lo que los empresarios están demandando.

La CONEP justifica el cambio al código diciendo que el mismo representa a la minoría.  La verdad es que en ninguna empresa o fábrica del mundo los oberos son minorías. 

Ellos quieren eliminar la cesantía y plantean 3 años de trabajo o acumulación y cuatro salarios cotizables ($8,645 por año).  Eso indica que no importa cuantos años el obrero trabaje, al final, solo le pagarán $RD34,580 al momento del despido. 


Quieren limitar la asistencia económica por muerte o discapacidad.  En buen dominicano, si el trabajador muere o queda discapacitado, los familiares no tendrán ni con que enterrarlo o mantenerlo. 

Aumentar de 44 a 48 horas semanales la jornada laboral con lo que se viola desde hace tiempo las 40 horas que exige la Organización Internacional del Trabajo(OIT) y que es la jornada vigente en los países civilizados.

La ampliación de tres a seis meses el periodo de prueba para fijar un empleado, trayendo más beneficio al patrón en ahorros de salarios y beneficios. 

Piden la flexibilización de la cuota de contratación de extranjeros, que es de 80% criollos a 20 extranjeros, asó como la modificación a ciertos criterios para emplear personal que no sea dominicano.  Es decír, la mano de obra barata, que proveen los hermanos haitianos, comenzará a invadír  nuestras fábricas. 

No quieren que incluyan el tiempo de almuerzo o descanso como parte de la jornada laboral.  O sea, el trabajador no debería tener derecho ni siquiera a comer. 

Los empleados deben someterse a pruebas anti-doping (drogas) y de consumo de alcohol.  En verdad, los únicos que parecen que están fumando crack del malo son los empresarios del CONEP. 

Por último, los dueños de empresa exigen prohibír el uso de teléfonos celulares y el uso de las redes sociales durante las horas de trabajo. 

La degradación de la vida en nuestro país está llegando a niveles alarmantes.  Por cada paso que avanzamos, retrocedemos tres.

Es obvio que tenemos una clase empresarial de lo peor.  Lo único que le interesa es aumentar la plusvalía que producen los trabajadores al venderles sus manos de obra. 

No le importa el desasosiego social que esas medidas traerán no solamente a la estabilidad del país, sino también a millares de familias que serán afectadas. 

Esperamos que todavía quede algo de dignidad en los legisladores dominicanos y no permitan que estas modificaciones abusivas sean aprobadas.
 
Esta vez debe ser verguenza contra dinero. 
 
De lo contrario, los asalariados tendrán que atrincherarse en las empresas y fábricas del país para hacer valer sus derechos.

Al fin y al cabo, ellos son solamente obreros. 

Jamás esclavos.

 

PENSAMIENTO DEL DÍA

"Un ejército de ciervos dirigido por un leon es mucho mas temible que un ejército de leones mandado por un ciervo". Plutarco