miércoles, 8 de enero de 2014

¿Cómo vivirán los pobres?

Elsa Peña Nadal*
< Esta expresión, muy utilizada irónicamente por personas que sin ser pobres tampoco son ricas, esta asociada a mi niñez ya que la escuchaba de un tío político que en su juventud fue un famoso y apuesto pelotero de una liga local y que terminó sus días jubilado por el Banco Agrícola, tras trabajar muchos años en esa institución. Tío Pupo se expresaba de esta forma tras degustar una sabrosa comida o cuando terminaba de tomarse un cafecito, mientras leía una novelita de vaqueros recostado del tronco de un frondoso árbol en el patio de mi casa. Él, tras hacerse la pregunta, se respondía a si mismo cantando: Ni me looo imagino. Y ciertamente, pocos sabemos, ni nos imaginamos, cómo se enfrenta una vida de carencias y de pobreza extrema. Si en la clase media nos quejamos de la crisis económica y de los malos servicios de todo tipo, ¿cómo han de vivir los que carecen de todos los servicios? Si usted es de los que comió calentado mas de una vez después de las cenas del 24 y del 31, y tiene aún en la despensa algunas nueces, galletas y dulces, no puede entender las penurias de los que anduvieron detrás de una cajita navideña de las que dieron el gobierno, los partidos políticos y otras instituciones; algunas de las cuales les eran arrebatadas por infelices, a los infelices que las transportaban a pies, o subidos en la cola de un moto concho. El pasado domingo pude apreciar nueva vez y muy de cerca, cómo se manifiesta la pobreza de una forma cruda y lastimera. Una pobreza heredada; una pobreza que se reproduce a si misma y que pasa de una a otra generación. Mi amiga, cuyo nombre omito por respeto, ya vieja, cansada y retirada de tanto trabajar en casas de familia, mientras iba pariendo y dejando solos a los hijos e hijas que tuvo con diferentes parejas, ahora tiene que criar a los nietos que sus hijos adolescentes les vienen dejando a su cargo. Hijos e hijas sin trabajo fijo y que abandonaron a destiempo la escuela. Niñas pariendo bebes sin saber aún vestir a una muñeca. Y ahora esta angustia por la hija de quince años que salió embarazada y que pasa mas tiempo internada en la maternidad que en la casa porque tiene un embarazo de alto riesgo y mucha, mucha anemia. Y luego me llega la noticia de que ya parió un bebe prematuro, de poco menos de ocho meses, y que a ella les siguen dando los mareos porque la anemia no cede. Y lean esta barbaridad: Le dieron de alta en la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia, y le entregaron al bebe prematuro que no pesa ni tres libras, sin una receta, ni una medicina y sin orientación alguna. Sólo me dijeron que si se me ponía malo que lo llevara al Robert Read, me conto la jovencita con la angustia reflejada en el rostro porque como toda madre, ya ama a su hijo y teme por su vida. Fui a visitarla a la cuarta planta donde tienen a los recién nacidos en riesgo. Un cuadro desolador, decenas de cunitas con bebes con problemas de salud; algunos prematuros; uno abandonado desde hace tres meses, y algunas madres jovencitas, preocupadas y llorosas que esperan las horas de vista para entrar a ver a sus hijitos, cuyos turnos empiezan a las seis de la mañana, luego a las once y otra vez en la tarde. Algunas madres se van y regresan mas tarde; otras se quedan de día corrido y hasta duermen sentadas y recostadas como pueden en unos sillones en una sala adyacente. Comen lo que ellas llevan o les llevan, o lo que compran en las cercanías; incluida el agua de beber. Imagínese el panorama de una mujer recién parida o en riesgo, desvelándose, preocupada, mal alimentada y mal aseada; tomando concho en motores y algunas con cesáreas aun sin cicatrizar. Vi a la hija de mi amiga, animada; me contó que ese dia domingo su bebé cumplió un mes y que le darían de alta pronto. Lo vi bien, aunque muy pequeñito. Luego salimos para encaminarla a su casa y en la puerta nos topamos con la Primera Dama que repartía juguetes a los niños internos, con ocasión del Día Reyes. Rafael Ovalle, su asistente y mi amigo de infancia, me llama y le regala a la joven madre una caja con una muñeca grandísima que ella llevaría a una de sus sobrinitas. Iba contenta, almorzaría en su casa y volvería en la tarde para quedarse nuevamente a dormir en el hospital. Cuando tenia por la mitad este articulo, me llama la abuela llorando pues al bebe le dio un infarto y no sabe si la están engañando pero ella teme que haya pasado lo peor. Llame a la joven madrecita a su celular y me dice muy agobiada y con voz entrecortada por el llanto que aun no lo ha podido ver, que está vivo y que le han dicho que se pondrá bien. La acompañan allí el padre del bebe y otros familiares que ya antes habían salido a comprar los medicamentos que le han indicado al prematuro.
Una vida incierta la este bebe que irónicamente lleva por nombre Engels. Incierta y desdichada como la vida de su madre y la de su abuela. Pero aun así, hay casos peores, como el del bebecito abandonado por su madre en un basurero y que ya tiene allí tres meses, solito sin una madre que vele por él ni pronuncie su nombre; a merced de la atención de las ocupadas enfermeras. Ore y pedí a Dios misericordia por esos bebes, por sus jóvenes madres recién paridas, asustadas. Y ore también por este país tan desafortunado. ¿Qué más puedo yo hacer? Y pregunto, ¿dónde están los defensores de la vida en el vientre? ¿O es que cuando nacen ya estos bebes no son criaturas de Dios? ¿Y cómo puede un médico darle de alta y mandar a su casa a una joven inexperta con un bebe prematuro en sus brazos, sabiendo que este requiere de una atención especializada, sin indicarle que lo lleve de inmediato al hospital infantil? ¿Qué hacen las trabajadoras sociales y las voluntarias en esos centros cuando ven casos como estos? ¿Por qué Salud Publica no implementa programas unificados entre los hospitales públicos de Maternidad con el hospital infantil Robert Read Cabral, a los fines de manejar casos como estos y evitar así la muerte de estos bebes de alto riesgo y el consecuente sufrimiento de sus familiares, si al final terminaran allí con menos probabilidades de salvarles la vida? Hoy leo en la prensa el triste caso de seis bebes muertos en un hospital de Los Mina; caso que de haberse dado en una clínica privada estaría ocupando titulares de primera pagina. También leo que los familiares de tres jóvenes, supuestamente apresados vivos y fusilados por la Policía, alegan que sus hijos no tienen expedientes policiales y hasta dan el nombre de un oficial que los extorsionaba. Pero la reseña en el diario es pequeñita, y es probable que de ahí no pase la cosa pues los familiares serán amenazados y como no tienen dinero ni recursos, y como ya el Jefe de la Policía dijo que eran sicarios, ahí termina la historia. Porque lo viven a diario y lo saben muy bien, a estos familiares de los jóvenes asesinados, y de los bebes que se debaten hoy entre la vida y la muerte en el Robert Read; así como a estos funcionarios de Salud Publica y de la Policía Nacional y a los profesionales de la medicina de esos centros de salud, quizás no haya que preguntarles ¿Cómo vivirán los pobres ? -------- *elsapenanadal@hotmail.com

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PENSAMIENTO DEL DÍA

"Un ejército de ciervos dirigido por un leon es mucho mas temible que un ejército de leones mandado por un ciervo". Plutarco