Hemos comenzado la semana con una avalancha de datos, de desinformación, con dos encuesta llenas de inexactitudes, que presentan un panorama muy distinto al que observamos en el diario vivir, con la intención de tratar de variar la percepción que tiene la sociedad y la opinión pública respecto al triunfo electoral del candidato Hipólito Mejía.
Ya antes, el oficialismo había hecho la misma acción, presentando tres encuestas en un mismo día. La variante de hoy es la introducción de una encuestadora de mayor credibilidad, con otra que ni oficina posee en nuestro país, pero que está representada por la misma firma que le hace los trabajos al candidato del gobierno.
Toda esta desinformaciones coinciden con su estrategia general de perpetrar un fraude electoral y quedarse en el poder con un “gobierno de unidad nacional”, donde tendrían cabida “los perredeístas” según su mentor.
Para eso, lo primero es llevar la percepción de un inexistente empate técnico, luego las compras de votos, las dislocaciones de votantes y las decisiones del tribunal electoral culminarían el macabro plan.
Ante esta ofensiva informacional, donde el predominio de los medios de comunicación es evidente, los que apostamos al cambio debemos de buscar nuevas formas de llegarle a las masas que aun están indefinidas trabajando de forma redoblada, con más ahínco y con mayor intensidad, al mismo tiempo en que desmitifiquemos estructuras de barro que con el empañete del dinero corruptor se prestan para las desinformaciones colectivas.Con ese propósito analicemos las informaciones de una gran cientista social aparecida en el listín Diario en el año 2007 y 2008, en el que analizó la encuestadora Gallup y parte de su trayectoria en suelo dominicano.
Comienza su caminata en las elecciones norteamericana cincuenta años atrás. En 1960 en las elecciones presidenciales entre los titanes John F. Kennedy y Richard Nixon, la encuestadora Gallup, tomando su prestigio como bandera, vaticinaba que ganaría Nixon, pero al final, el resultado fue que su rival se impuso con 1 por ciento por arriba, desluciendo su predicción.
En la tierra de Neruda, cuando los grupos revolucionarios hicieron de la vía pacífica su método idóneo de lucha en 1970, enfrentando a Alessandri frente al doctor Salvador Allende, la encuestadora Gallup convenció a los sectores reaccionarios que se impondrían sobre el izquierdismo movilizado en Chile, pero las masas cambiaron sus vaticinios, otorgándole una votación superior con 1.4 por ciento al doctor Salvador Allende, determinando que los sectores enemigo de la democracia, se prepararan de otra manera para la reconquista del poder.
Como compañía consultora, para el ex presidente Carter, dicha firma no tiene gran credibilidad porque si por ella hubiere sido, nunca había llegado a la presidencia de los Estados Unidos, puesto que le recomendó retirarse del debate interno por la nominación presidencial del Partido Demócrata, al no alcanzar el 3 por ciento del porcentaje de apoyo en el mercado interno del partido y de la opinión pública que se mueven cerca de los colegios electorales norteamericano.
En 1979 algo idéntico le fue recomendado al presidente Bush, quien también haciéndose eco del buen sentido, desestimó el mensaje.
De igual manera en Chile, cuando quisieron dotar a Pinochet de legitimidad, estando el país a la deriva y en gran descontento con la dictadura militar, sus estrategas, basándose en los datos suministrados por esa firma norteamericana, que le expresada su opinión, que a través de un plebiscito el régimen legitimaría su oprobio como dictadura con 47/48, convocaron el 5 de octubre del año 1988 al referéndum del “sí o el no”,el cual terminó con el aislamiento definitivo al régimen.
Con el desmembramiento de lo que se llamó el campo socialista, estas firmas encuestadoras extendieron sus tentáculos en Polonia, haciendo causa común con Walesa favorito por su posición en el sindicato Solidaridad, en contra de Alexander Kwansniska. La “prestigiosa”Gallup daba como un paseo el triunfo del osado sindicalista, pero las masas pensaban diferente estableciendo en las urnas la presidencia de Alexander, para unos embarazosos traspiés en la tierra de Frédéric Chopin.
Aquí el número de desacierto es infinito, sobre todo con relación a certamen electorales donde los posicionados a evaluaran eran síndicos, senadores y diputados.
Para lo que le dan seguimiento a estos datos son proverbiales los pronósticos en Santiago, sobre el licenciado Rafael Abinader, que fue colocado en último lugar resultando en las elecciones el senador.
Sobre las presidenciales en el 1990, dio al profesor Bosch seguro ganador, pero quien se invistió como presidente fue Balaguer con el 1,3 por ciento de los votos de la población por encima. En el 2004, sin ir más lejos, el posicionamiento de los candidatos para Gallup, era el siguiente: Leonel Fernández 63.1%, Eduardo Estrella 14.9 e Hipólito Mejía 14.6.
Al terminar el certamen electoral la población pudo ver que el resultado fue muy lejos de lo afirmado por dicha firma, quedando Fernández con 57% Estrella con 8% e Hipólito Mejía con 33%.
En tiempo cercano en los Estados Unidos, sus predicciones no han sido de las mejores, en una media de sondeos de nivel nacional en el sitio Real clear politic, coloco a Hillary Clinton con 39% de la intención del voto, continuado por Barack Obama con 21 % y al senador Edward con 12%.
En las informaciones suministradas informaba que la señora Hillary superaba a sus opositores republicanos, inclusive al ex alcalde de New York, Rudy Giuliani, quien según la encuestadora sería el candidato republicano.
Todo el mundo conoce cuál fue el resultado Giuliani, no llegó a ser candidato y el candidato demócrata fue el que ellos dieron en un lejano segundo lugar Barack Obama.
Aquí, la encuesta de las urnas, seguro que demostrarán que el candidato preferido en todos los sectores de la población dominicana es el compañero Hipólito Mejía, dejando evidenciada la inconsistencia de esa firma encuestadora.
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