Por Rafael Calderón*
¿Hay algo más difícil en la República Dominicana que robarse las elecciones presidenciales impunemente? No sé cual es la respuesta de Usted, pero le voy a ofrecer la mía: ¡NADA!
Nada es más difícil que eso. No lo es el robo de cientos de miles de millones de pesos del erario ni la asombrosa atribución a un desnutrido descamisado del hecho de cargar él solito -no se sabe si en los bolsillos de sus raídos pantalones o en sus espaldas desnudas- con una caterva de cables que llegaron en patanas al puente Duarte. Y menos lo sería el despropósito del gobierno de entregar el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) a Miguel Vargas, en lugar de dárselo a doña Angelita, su esposa, quien públicamente se fajó por la candidatura de Danilo Medina.
Lo que se da es lo que se siembra, así que un robo más, y después hablamos -diría él-, no le quitará el sueño al taimado Leonel Fernández. Al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) hasta el momento le ha ido de película con los robos de todos los tipos, pues el tradicional poder establecido del país está hoy uno o más peldaños por debajo de esa corporación política y a merced de lo que diga Leonel.
Creo que Hipólito Mejía y Andrés Bautista esta vez están dispuestos a echar el pleito, como han prometido, para no dejarse arrebatar al PRD impunemente, como ocurrió con las elecciones. Deben prepararse para ello dando por descontado que el tribunal superior electoral (tse, así en minúsculas) y cualquiera de las otras agencias jurídicas, eufemísticamente llamadas “altas cortes” y que maneja Leonel, entregarán los símbolos del PRD a Miguel.
Lo dicho por el doctor Julio Cury sobre las figuras políticas que tienen a su cargo el tse no deja lugar a duda de lo que ocurrirá más temprano que tarde, pues de lo que se tratará será de leer una sentencia ya escrita, sentencia que apoyará el congreso y justificará la red de periódicos y medios encargados de las relaciones públicas de la corporación peledeísta, a la que, ¿por qué habría que negarlo?, todos los actos de delincuencia que protagoniza directa o indirectamente le han salido muy bien, hasta ahora.
Y nunca me cansaré de alabar a la prensa que le sirve al PLD por el extraordinario trabajo que ha realizado para justificar u ocultar los desmanes de Leonel y su equipo, violadores a su antojo de la constitución y desarrollistas de un estado delincuencial a cualquier coste.
Todo le sale bien a Leonel y su equipo, tanto que ya ni los medios se cuidan para publicar bodrios como ese de que “atraparon al ladrón de los cables del puente”, un infeliz que más que robando lució como que estaba posando para que le tomaran la foto para ilustrar la puesta en escena de la primera parte de la obra de poca monta: “El robo de los cables en el Puente Duarte”, de autor o autores anónimos, pero con reconocidos beneficiarios de su presentación al público, quienes ya hacen los cálculos para la reparación del puente, naturalmente que con presupuesto inflado para que las comisiones que van a los bolsillos de siempre sean jugosas.
Sólo falta que al infeliz residente en el barrio “Los Invasores” la prensa acepte presentarlo como el culpable de los robos ocurridos en los demás puentes del país, para que a ningún mal pensado como yo se le ocurra decir que hay una mafia grande detrás de los robos de metales en los puentes, de cuyo trabajo los mayores beneficiados son los encargados de las posteriores reparaciones.
Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones y se apiade de la República Dominicana.
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*Periodista dominicano residente en Nueva York.
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