Por Rafael Calderón*
Lo cierto es que la astucia, la zorrería del peledeísmo-leonelismo ha sumido al país en la perplejidad, en el aturdimiento.
Asombra por aquí, en los predios newyorkinos,
donde la capacidad de asombrarse no se pierde, que comentaristas independientes
muestren preocupación por lo que Leonel Fernández “le va a dejar a Danilo
Medina”, como si el espurio próximo presidente no supiera y no fuera el mayor
beneficiario de lo que costó su triunfo fraudulento.
Es asombroso que se asuman preocupaciones
por Danilo que a él no le preocupan en lo mínimo, como esa de que le tocará promulgar
la próxima reforma fiscal ya redactada y que sólo tiene pendiente para su
promulgación el protocolo de engatusamiento público o consenso con los
industriales, y los otros sectores de poder, para establecer cómo se repartirán
lo que se le quitará a los de abajo.
Asombra realmente que se esté pensando en
Danilo como si éste fuera un hombre extraño al PLD y al gobierno que ya le
entregó la potestad del rentable negocio de salir a pedir a las naciones
vecinas a nombre de todos los dominicanos, pero para disfrute exclusivo del
PLD, mientras Leonel hace su gira de despedida, y de cabildeos por una posición
en la ONU y la ampliación de su corporación conocida como Fundación Global
Democracia y Desarrollo.
En realidad, Danilo no tiene que preocuparse
por nada. Leonel lo tiene todo controlado y no le está dejando complicaciones,
no le está dejando nada que Medina desconozca. Éste sabe que no debe salirse del
programa PIP (pedir, impuestos y préstamos) que ha sido la fórmula que ha hecho
crecer a la corporación peledeísta hasta niveles jamás soñados.
Lo que se da es lo que siembra, así que
desde antes de sentarse Danilo empezó gustoso a pedir en Colombia y Brasil,
países que están muy bien representados en la República Dominicana por magnates
que mueven fortunas que han contribuido a que Leonel sea todo un zar en su New
York chiquito.
Mal hacen quienes se preocupan por el
despreocupado Danilo, pues lo lógico es que después que se siente en la silla
presidencial siga con los impuestos y los préstamos, y amplíe las peticiones. El
tipo está tan tranquilo y rozagante que si uno observa las fotos en las que ha
aparecido últimamente se da cuenta de que está totalmente
relajado y luce hasta buches donde hace poco había surcos.
Por hoy, me voy. Que Dios le llene de
bendiciones, y se apiade de la República Dominicana.
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*Periodista dominicano residente en Nueva York.-
1 comentario:
Buen articulo.
http://www.corourbano.com/
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