Leonel, “candil de la calle…”

Entre Usted  yo

Por Rafael Calderón*

Si es el doctor Leonel Fernández, presidente de la República Dominicana, se hubiese puesto a preguntarse sobre el qué, el para qué y el por qué -y todo lo demás que exige que le respondan para cumplir con el mandato constitucional de entregar el 4% del PIB para la educación- todavía tuviera en sus manos completitos los $50 millones de dólares que destinó de un plumazo para construirles la universidad a nuestros vecinos de Haití. Pero no se hubiese dado el gusto de pavonearse como lo hizo durante la inauguración del recinto, donde habló hasta en francés.

Leonel al meter mano a la obra se conformó con saber dos cosas: la primera es que iba a ganar prestigio internacional, para él lo máximo, como “candil de la calle y oscuridad de la casa” que es. Y la segunda es que conocía a quien iba a señalar como el mayimbe entre los constructores de las edificaciones.

Universidad haitiana hecha con dinero del pueblodominicano

El presidente ni se interesó en saber el nombre que una vez construida llevaría la universidad, que resultó ser el de Henry Christophe, a quien la historia dominicana recuerda como un despiadado monarca que infundió terror en el Cibao, siendo el protagonista de la matanza llevaba a cabo en la iglesia de Moca en 1807.

Tampoco se molestó el presidente en saber si designar el auditorio con el nombre del profesor Juan Bosch resultaría desagradable para gente con poder tal en Haití que no tuvo reparo alguno para desmontar la foto y el bronce de las letras del nombre del ex presidente concomitante con la ceremonia de inauguración de la obra.

Al final del acto, para el mandatario lo importante fue que salió con una carga de ditirambos que pueden utilizar en sus gestiones pendientes los cabilderos internacionales pagados con el dinero de las arcas nacionales, que es lo mismo que decir de la cartera de Leonel, quien, como sabemos, hace tiempo que está en campaña para conseguir un premio Nobel de la Paz.

Una escuela rural dominicana.

Y, mire, no dudo que lo consiga, con todo y que preside un país en el cual la ciudadanía vive en guerra 24/7 con los narcotraficantes, los atracadores de todos los géneros y bajo un régimen de barbarie en el manejo del estado. No se olvide que Leonel cabildeó en la ONU la aprobación de una resolución sometida por él en oposición a la especulación en el comercio internacional, a pesar de que él manda en un país donde la especulación tiene sus principales portaestandartes en los ministros del gobierno, quienes negocian con todo.

Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones, y se apiade de la República Dominicana.

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*Periodista dominicano radicado en Nueva York.-