jueves, 29 de marzo de 2012

Eso no es periodismo

Elsa Peña Nadal


Leí hace unos días en un diario gratuito que unos quinientos periodistas fueron convocados a una peculiar y casi oculta reunión con funcionarios del gobierno, miembros del Partido de la Liberación Dominicana, para tratarles asuntos relacionados con la que seria la estrategia a seguir en estos casi dos meses faltantes para los comicios electorales. Allí, es de suponer,  a puertas cerradas, les “bajarían” la línea de las tácticas a usar para la estrategia final: derrotar al partido y al candidato opositor.
Esta reunión y sus objetivos, no tendrían nada de particular ni criticable, si los convocados,  en vez de comunicadores, fuesen militantes del partido en el poder. Pero no es el caso.
Se estima que unos 700 millones de pesos mensuales del erario nacional son invertidos por el gobierno en sueldos y en  publicidad complaciente para sobornar a mas de ochocientos comunicadores; dinero que debería estar destinado a la salud, la educación, la seguridad; a promover el desarrollo de la industria y la agricultura; a crear fuentes de empleo; a garantizarle a la ciudadanía una mejor calidad de vida y hasta a proporcionarles una pensión decente a los propios colegas periodistas que ejercieron su profesión con honorabilidad y generalmente, con sueldos de miseria.
Por eso, no debería extrañarnos que ni uno solo de los periodistas convocados a la firma de varios acuerdos entre los presidentes de nuestro país y de Haití, considerara de interés aprovechar la presencia de Michel Martelly para cuestionarlo acerca del  escándalo que involucra a ambas naciones, relacionado con  contrataciones millonarias asignadas de forma irregular  al senador Bautista; escándalo que trascendió mas allá de las fronteras isleñas; que se difundió en el diario “Le Monde”, de Paris y que se llevo de encuentro al primer ministro de esa nación, dando lugar a la creación de una comisión en el congreso haitiano que detuvo el inicio de las obras que serian construidas, e investiga la transparencia y la conveniencia o no, de esos contratos millonarios; situación esta que dio origen a la primera crisis política que ha enfrentado el mandatario haitiano desde su reciente elección.
Pero no; Martelly  regresa sobre condecorado, alabado, halagado y bien apuntalado. Y aquí, nada ha pasado.
La libertad de prensa es una de las pocas conquistas obtenidas por esta democracia clientelista y excluyente, nacida tras la eliminación de la satrapía trujillista;  pero con periodistas y medios de prensa que exhiben tan pobre y vergonzoso desempeño y que se doblan lacayunamente ante un poder avasallador que se afinca en la corrupción, la miseria y en la ignorancia de este pueblo, no vamos por buen camino.
La autocensura y el silencio de la prensa, por soborno o por miedo, es uno de los más claros indicadores de los gobiernos dictatoriales.
Esos colegas periodistas que reciben de los opíparos  banquetes de la corrupción jugosas boronas, pero boronas al fin, en términos porcentuales,-- manipulando, distorsionando, ocultando, falseando y seleccionando la información en un descarado atentando contra la esencia misma de la labor periodística—deben estar conscientes, por lo menos, de la responsabilidad que asumen con su complicidad en la actual y delicada coyuntura política que vive nuestra nación.
La ética periodística nos traza una serie de normas conductuales que nos orientan y obligan a velar por un correcto ejercicio profesional, ya que a través de los medios de comunicación social, nos convertimos en agentes socializadores; influenciamos en la formación de valores, conductas, creencias, hábitos y opinión de las personas que tienen acceso a estos medios, lo cual nos atribuye una gran responsabilidad con el rumbo que toma la sociedad.
 Debemos saber que nuestro compromiso es con la verdad y con el bien común, y este compromiso es irrenunciable. Ni por miedo,  presiones ni sobornos, debemos renunciar a contribuir a elevar y mantener la dignidad y la calidad de vida de los dominicanos. La ciudadanía tiene derecho a un masivo acceso a información veraz, cierta, confiable, oportuna, permanente y sin censura para poder optar y participar con igualdad de oportunidades y libérrimamente, en la toma de las decisiones de nuestro país; un  país que nos pertenece a todos por igual.
Por suerte y aunque en minoría, y para salvarnos la honra, aun quedan periodistas y medios que actúan con apego a la ética profesional y a los códigos que a nivel mundial, norman el ejercicio de esta profesión; los cuales, bajo cualquier gobierno o partido en el poder,  no le ponen precio a su pluma ni necesitan hacerse acompañar de un perro prieto.
Pero lo que sí es una urgente necesidad, es que el Colegio Dominicano de Periodistas, CDP, y su Comisión de Ética, comiencen a plantearse una seria revisión y evaluación de su propia misión, así como de los escollos y trabas que entorpecen y limitan un honesto e independiente  ejercicio periodístico en nuestro país.
La acción profesional del periodista no es un producto neutro pues se entiende como un aporte al bien social, por lo que el comunicador debe asumir la responsabilidad de la información que transmite y debe apegarse a la veracidad y a la objetividad; investigar y documentarse; hacerse creíble y confiable, actuando bajo cualquier circunstancia, de conformidad con las normas éticas y morales socialmente aceptadas.
Fuera de este accionar ético, harán mucho daño a la sociedad antes de ser descalificados como comunicadores, profesionales y como personas merecedoras de algún respeto. Y de continuar por este camino, algún día y junto a sus titiriteros, estas marionetas caerán en el desván del olvido, cubiertos por el manto de su propia deshonra.
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Periodismo no
Panfleteros electróbicos pagados si.

Anónimo dijo...

Si cuestionable es el que "periodistas" o mercaderes de la información hagan ese daño a la sociedad, también es cuestionable el que algunos por no decir la mayoría de los propietarios de los medios de comunicación quieran que quienes no se pliegan al soborno, nos autocenseremos. Porque eso y no otra cosa era lo que pretendían los propietarios de Onda Musical con el programa Atalaya, el cual fue sacado del aire.

Anónimo dijo...

Vecina, cuando Mejia era presidente eralo mismo. Varios amigos mios, periodistas profesionales, percibian "boronitas" de algunas secretarias. El problema no esta en el funccionario corrupto, sino en el profesional, empleado, ciudadano, etc. que se deja corromper o sencillamente se hace el loco. Partido es un peso en el bolsillo. Todos somos domnicanos y todos somos iguales de culpables.

Anónimo dijo...

Este ultimo comentario como siempre buscando en la comparacion quitarle la culpa al diablo, asi no vamos a ningun sitio como dice este tan buen articulo. Quiere decir, que diciendo que con Hipolito fue lo msimo, ya, perdonado el diablo, perdonada la dictadura de leonel
, canto de pendeja o pendejo.

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"Un ejército de ciervos dirigido por un leon es mucho mas temible que un ejército de leones mandado por un ciervo". Plutarco