Sara Pérez
El Senador de la República, Félix Bautista, cortina, sombrilla, taparete, escudo, trinchera y parapeto, podría considerarse como el ejemplo más acabado de superación personal que hay en la República Dominicana.Todos los sicarios, asaltantes callejeros, estafadores de pequeña monta, ladrones de medio pelo, microtraficantes, vendedores de crac, cocaína o cemento para oler, delincuenticos sin visión, ni futuro y lúmpenes de orilla, pueden encontrar inspiración en las ejecutorias de este pro-hombre de la patria democrática y el Nueva York Chiquito, que debe servir de modelo para quienes a veces se desesperan por lo que tarda en llegar el progreso.
Félix Bautista, hoy con intereses conocidos en República Dominicana, Panamá, Haití y Perú, donde ayudó a financiar unas elecciones, es el epítome del sueño dominicano, un hombre poderoso, rico y distinguido, que se hizo a sí mismo de la nada, con el único talento y el único negocio de pertenecer a un partido y teniendo como único capital originario, la amistad desinteresada de un presidente espléndido con sus amigos, familiares, clientes y socios.
Desde la más esmirriada modestia, este señor, que se desempeñaba como sastre en San Juan de la Maguana, donde con frecuencia las solicitudes de servicios no debían ser para confeccionar trajes a la medida, sino para coser parches, ha evolucionado hasta ser hoy, sin tener que recurrir a los temibles riesgos de la delincuencia de crónica roja, un boyante potentado de la construcción, bienes raíces y otras inversiones de naturaleza, procedencia y destino no siempre identificados, pero ese es un detalle que no importa
El caballero, en 1996, declaró un patrimonio ascendente a algo más de medio millón de pesos y en el 2010 reconoció la posesión de bienes por 16 millones de pesos, pero sus compañías han hecho inversiones por valor de 233.6 millones de dólares, que tal vez fueron sacados de las reservas del banco que maneja las cuentas del genio de la lámpara de Aladino, porque para tener un total absoluto de 16 millones de pesos y disponer de 233.6 millones de dólares, se necesita por lo menos un poco de magia. Y de la instantánea. De dar por cierta la declaración jurada del 2010, don Félix ha conseguido el grueso de su fortuna en los últimos dos años y se le nota un poco tartamudeante explicando un caso tan extraordinario, sin darse a entender de ninguna forma.
Félix Bautista |
Ahora, don Félix está como el Rey de Arabia Saudita, que no sabe con certeza a cuánto asciende su fortuna y no solo es un exitoso empresario que rompió récord en la acumulación de capital al vapor, sino que entre sus trabajos también se encuentra el apreciable aporte cívico de contribuir a hacer las leyes que nosotros tenemos que cumplir.
Su vida es un inspirador ejemplo de que no importa caerse, sino levantarse. El señor Secretario de Organización del partido en el gobierno, estuvo preso en Najayo, acusado por una estafa de más de 50 millones de pesos por la sobrevaluación de la carretera San Juan-Vallejuelo. El desagradable percance lo sufrió durante el último gobierno del PRD, pero el caso acabó desestimado y con don Félix en la calle, aunque de los 50 millones no se volvió a saber nada.
Este honorable Senador de la República, jugó un papel estelar en la concertación del convenio por 130 millones de dólares con la Sun Land Corporation, sin pasar por el Congreso y violando el artículo 37 de la Constitución –seguro que con la buena intensión de agilizar- y desatando un escándalo que no se detuvo ante las puertas del despacho del Presidente Leonel Fernández, como tampoco se detiene Félix Bautista, que, considerado por el primer mandatario como “un hijo”, no se sabe en qué medida es también un socio.
El expediente de este caso fue sometido a la justicia, pero tampoco prosperó, se supone que por discreta intervención del Poder Ejecutivo, que posteriormente movió sus hilos para destituir a los tres jueces de la Suprema Corte de Justicia que pusieron objeciones al fallo para desestimar el proceso.
Cuando dirigió la Oficina Fiscalizadora de Obras del Estado, tuvo la alegre oportunidad de asignarle a sus empresas y a las de allegados tan cercanos que cualquiera los confunde con él mismo, diversas obras, por valor de miles de millones de pesos, en maniobras que prueban su amplitud de criterio y su falta de prejuicios a la hora de auto asignarse –con la anuencia del Poder Ejecutivo- obras que él debía supervisar.
Al frente de la Remodelación de los rimbombantes parqueos de Bellas Artes, don Félix acabó gastando del presupuesto nacional 1,330 millones de pesos, casi el doble de los 700 millones presupuestados, con lo que cada uno de los parqueos habilitados en esa instalación costó 597 mil, 783 pesos.
No faltaron los envidiosos que consideraron la iniciativa como una leonelada típica de Balaguer: gastar descomunalmente en lo accesorio, en la fachada, en el cascarón, no invertir en lo medular, porque el objetivo no era desarrollar el arte, sino enriquecer al contratista que pegara bloques y repartiera dividendos con el palacio.
A veces ocurren tropezones, pero por suerte y con todos los resentidos que abundan, el nuestro es un ambiente comprensivo, flexible, curado de espanto, donde nada tiene demasiada trascendencia y todo se lava y entierra en un par de días.
Don Félix bailó en el expediente del narcotraficante Figueroa Agosto, a una de cuyas empresas, manejada por Mary Peláez, le concedió de grado a grado, contratas por valor de 16 millones de pesos, que no fueron cumplidas a cabalidad por la compañía contratada, a pesar de que Bautista insistió en que sí y el gobierno pagó lo estipulado. Un grupo de abogados ha solicitado formalmente al Ministerio Público una investigación sobre los vínculos del senador con Figueroa Agosto.
Pero quien trabaja duro cosecha sus frutos. Allegados de Bautista asignaron a una empresa relacionada con Bautista la construcción de la universidad que República Dominicana donó a Haití y Haití, que tiene sus limitaciones para muchos que no son tan visionarios, ha sido una especie de minas del Rey Salomón para un empresario emprendedor que ve el vaso medio lleno, cuando otros lo ven casi vacío.
Tras el desastre del terremoto del 2010, don Félix y otros dominicanos solidarios, conmovidos ante la catástrofe y las dantescas visiones de la muerte, la miseria y la corrupción trabajando juntas, se abalanzaron en picada sobre Haití, para ayudar al hermano pueblo en su desgracia. Bautista se sacrificó aceptando unas contratas por valor de 385 millones, 78 mil, 535 dólares con 63 centavos.
Pero nunca falta un pelo entre el sancocho. Ahora hay una Comisión de Auditores en Haití que, como parte de la investigación que se está haciendo sobre el uso de millones de euros provenientes de donaciones internacionales, recomienda la suspensión de las contratas de Bautista, porque los contratos y las empresas contratadas parecen haber pasado por alto algunos pre-requisitos legales.
Sin embargo, el conflicto lleva camino de resolverse. Ya saltó un primer ministro haitiano que muy amablemente ha negado que su dimisión se deba a presiones del gobierno dominicano, disgustado con las inoportunas averiguaciones que se están haciendo en Haití y el Presidente Martelly visitó República Dominicana y se reunió con el Presidente Fernández para firmar varios acuerdos de cooperación y ser condecorado con la máxima distinción que otorga el gobierno dominicano a un mandatario extranjero, la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, en el grado de Gran Cruz Placa de Oro. Creo que ninguno de los tres padres de la patria se ha sentido tan cómodo en ningún pecho, como en el que ha ofrecido esta fraterna ocasión.
El senador Bautista sigue bailando en el medio. Me pregunto qué habremos hecho para merecer la distinción de tener a tan brillante representante a nuestro servicio. Inclinémosnos reverentes ante esta figura. Es un valor de los que verdaderamente promueve el palacio y al que hay que imitar.
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Tomando de: www.acento.com.do
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