Nunca se había hecho

Entre Usted y yo

Por Rafael Calderón*

Cual alquimista desesperado buscando la piedra filosofal, Danilo Medina lo ha ensayado todo en esta campaña. Ha mezclado cuantos elementos tóxicos ha encontrado para tratar de convertir cobre y plomo en oro.

Pomposo anunció su famoso frente de tres (Leonel, Margarita y él) contra uno (Hipólito Mejía) y el resultado de eso ha sido que hoy reclama balbuceando que él es el candidato del Partido de la Liberación Dominicana.

Eso, la reclamación, es algo que nunca se había hecho. Danilo se ha visto en la necesidad de hacerlo ante la señal precisa que le envía Leonel de que Margarita sería la depositaria de su poder, en el supuesto de que él con sus 40 mil millones logre fracturar la voluntad popular de sacar del poder al PLD.

Tiene sus bemoles eso de que Danilo ande reclamando a dos meses de las elecciones que él es el candidato, porque si algo él ha demostrado hasta la saciedad que sabe hacer es aguantar callado. Mire, durante más de cuatro años ha inhalado los vapores de su inquina contra Leonel, en silencio absoluto después del alarido “me aplastó el poder”.

Danilo Medina

Llevaba meses aceptando, sin decir nada, que Margarita es la atracción, el imán económico, de su campaña. Pero, siempre hay un pero, parece que le caló hondo el mensaje cifrado enviado por Leonel el 27 de febrero, entregándole el timón a su esposa, y esta vez Danilo no se quedó en silencio absoluto, algo que él siempre ha sabido hacer, y lo demuestra que durante décadas calló que no era ingeniero químico.

¿Piensa Danilo que Leonel llegó muy lejos en eso de hacerlo aparecer como un cero a la izquierda en la boleta, lo que lo convierte en descartable? Parece que sí y por ello, aunque usando como muleta el discurso de respuesta a Leonel dado por el ingeniero Hipólito Mejía, balbucea por ahí que él es el candidato.

Tiene razón al romper el silencio Danilo, porque él sabe que la entrega del bastón de Leonel a Margarita, en un país como el nuestro y para un político de su catadura, es mucho más dañino y peligroso para su carrera ese hecho que la demostración de que su título de ingeniero químico era un engaño.

Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones, y se apiade de la República Dominicana.

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