Para tener conciencia de la personalidad del Ing. Miguel Vargas tenemos que analizar su comportamiento político luego de su candidatura presidencial del 2008. Nos vamos a referir a tres, por considerarlas las de más relevancia.
Recordemos que al arrogarse la representación del PRD en la firma del pacto de las corbatas azules, la posición de Miguel Vargas dentro del PRD era la de ex candidato presidencial. Nadie puso en entredicho la calidad asumida para firmar a nombre del partido del jacho ese pacto.
Luego usó todo el peso de su liderazgo para reformar los estatutos del partido y que se le permitiera unificar las posiciones de presidente del partido y candidato presidencial del mismo. El hoy candidato Hipólito Mejía tuvo la cortesía de aceptar esta determinación, que era de hechura exclusivamente miguelista. Al tiempo que propulsaba esta propuesta, Miguel se comprometía a renunciar a la posición de no resultar elegido candidato presidencial en la convención de marzo del 2011. No necesitamos decir que el MVP ha faltado a su promesa de ceder la presidencia del partido al candidato presidencial y que muy al contrario ha usado esta posición para entorpecer la campaña de los candidatos perredeistas.
Por último, pero no menos importante, fue la firma del pacto de caballeros, llevada a cabo días antes de la convención, en la que ambos aspirantes a la nominación, Hipólito Mejía y Miguel Vargas se comprometían a apoyar al que resultara beneficiado con el voto mayoritario de los perredeistas. Tampoco en esta ocasión Miguel Vargas hizo honor a su palabra.
Miguel Vargas ha demostrado con hechos que no le interesa integrarse a una campaña de la que considera fue fraudulentamente despojado. Sus declaraciones, más a tono con las posiciones del PLD que con las de su propio partido, con relación al intento del partido de gobierno de controlar el centro de cómputos de la Junta Central Electoral no dejan lugar a dudas. Recientemente, la Comisión Jurídica del partido blanco impugnó a dos de los aspirantes a jueces del Tribunal Constitucional y Tribunal Electoral, entre ellos al Juez Rafael Luciano Pichardo, famoso por haber redactado la funesta resolución de la Suprema Corte de Justicia con relación al caso de la Sunland y quien, en uno de los cables de wikyleaks, es acusado por la embajada americana de aceptar sobornos. Este señor, a manera de defensa, expresó que todo era parte de una campaña de descrédito debido a que era de conocimiento general que él era un hombre de Leonel Fernández. Por encima de estas alarmantes acusaciones, Miguel Vargas y el secretario general del partido, el deslucido Orlando Jorge Mera, enviaron una comunicación, no al Consejo Nacional de la Magistratura como correspondía, sino al presidente Leonel Fernández, en las que desautorizan a la Comisión Jurídica del partido asegurándole que ellos no recusaban a ninguno de los jueces en consideración para formar parte de las altas cortes, incluido el juez Luciano.
Esta posición anti perredeista de Miguel Vargas está siendo utilizada al máximo por los estrategas de Danilo Medina, quienes usan esta situación como muestra de la desunión del PRD y de su segura derrota en las elecciones del 2012.
Miguel no se ha ido del PRD porque sabe que tendría que irse solo. En su gran mayoría, todos aquellos que le acompañaron en su búsqueda de la nominación presidencial, hoy se encuentran trabajando por la candidatura de su partido, incluyendo a su jefe de campaña Alfredo Pacheco. El PRD debe olvidarse de Miguel Vargas, reconocer que este no se integrara, y no incluirlo en las estrategias de campaña. El voto perredeista es sólido. A pesar de la brutal embestida mediática del PLD, Hipólito no ha bajado ni un punto en las preferencias del electorado y muy por el contrario, las encuestas todas le sitúan por encima de la barrera del 50%.
El PRD y sus estrategas tienen que entender que SÍ SE PUEDE GANAR SIN MIGUEL VARGAS.
No sería la primera vez que un candidato se presente a unas elecciones con una oposición interna y gane. Aquí en el país debemos recordar que Danilo Medina no apoyó la candidatura de Leonel Fernández en el 2008, y su ausencia fue total a todo lo largo de la campaña. No levantó ni un dedo para ayudar al candidato de su partido y al final, cuando ya la victoria del PLD era evidente, para despejar dudas y violando la ley, rompió el secreto del voto y enseñó a todos que su voto era morado.
Lo ideal sería que el presidente del PRD se integrara a la campaña de su partido, pero esa decisión solamente Miguel Vargas la puede tomar. Pero como dijera la Dra. Milagros Ortiz Bosch hace unas semanas, el PRD va a ganar con él o por encima de él.
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