domingo, 26 de febrero de 2012

¿Espectáculo de circo?

Elsa Peña Nadal*
 En el circo, el señor de los cuchillos los lanza con tiro certero, y al caer, van silueteando la figura de la persona que, atada de pies a cabeza, con los brazos abiertos y en total silencio, opta por no dejar escapar, no digamos que ni un grito; ni el más mínimo suspiro. Uno tras otro se oye el golpe seco, aterrador, del arma que se clava en la madera.  

Pero los que se impresionan, se alborotan y se inquietan, son los espectadores

 Cualquiera pensaría que poner en riesgo así la vida, y con tanta frecuencia, ha de ser cosa de locos. ¿Tan buena es la paga para someterse, una y otra vez al mismo peligro?, se preguntarán los espectadores.

Pero, ¡qué va!; es que el experto tirador y la persona inmovilizada, “están  compuestos”; como dicen los cibaeños: ambos saben que esa tabla tiene un trasfondo de potentes imanes. Puro truco, como casi todo lo que se mueve entre las bambalinas. 

El dueño de la franquicia circense tiene muchos circos repartidos por el área. En cada uno de ellos, el gerente o jefe principal, tiene libertad para contratar a los actores, quienes, con sus multifacéticas habilidades, entretienen y divierten a los lugareños, los que  pagan un precio por ocupar un asiento bajo las carpas variopintas, siempre con la expectativa de encontrar muchas novedades.   

Los actores circenses son por lo general los mismos: malabaristas, trapecistas, adivinos, domadores; gordas que lloran por un sólo ojo; enanos, gigantes y muchos, muchos payasos. Y créanme que se ganan su buen dinerito; pero, obviamente, jamás ni nunca como su empleador directo. Aunque seguramente  los que más ganan son aquellos que se arriesgan más, haciendo peligrosas piruetas y saltos a gran altura. ¡Y de cuántas  maneras!  

De los circos sabemos que han de tener caballos, elefantes, gallos, leones, osos y hasta cerdos. Pero resulta que ahora, el magnate foráneo dueño de la franquicia circense, se ha antojado de anexar a su inventario las especies que, desde tiempos precolombinos, habitan en nuestro Parque Nacional del Este.
El quiere apoderarse de las “17 especies de murciélagos, 112 especies de aves, (que son) mas de una tercera parte de la avifauna insular de la Hispaniola”; según leí en una declaración de prensa emitida por la Academia de Ciencias, la UASD y la Fundación Dominicana de Estudios Marinos. Inc.

Dichas instituciones, por ésta y muchas otras razones de peso, dicen rechazar “cualquier tipo de intervención que vulnere cualquiera de las Áreas Protegidas del país, la violación de la Ley 64-00 de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Ley Sectorial de Áreas Protegidas 202-04, así como la Soberanía Nacional y la Constitución de la República”.

¿Querrán acaso tambien los dueños de la franquicia,-con sucursal en Isla de Vieques- incluir en su espectáculo a las tortugas marinas que vienen anualmente a desovar en esas playas?; ¿Pretenden que sus payasos hagan piruetas aplastando con sus botas las Estrellas de Mar y cazando los lepidópteros en la Playa de las Mariposas? ¿Que tipo de “show” les montarían a los mas de 300 mil turistas que, se estima, visitan anualmente nuestra Isla Saona?  


¿Será que mas adelante tambien se instalará la compañía circense en la Bahía de Samaná, con la excusa de que son unos peligrosos submarinos al servicio del narcotráfico, todas esas ballenas jorobadas que con su pesada carga vienen a parir en la costa; o a aparearse, repitiendo el periplo que cada año maravilla a criollos y extranjeros? 

Cuando me enteré de la noticia-- dada por los llamados a defender nuestra soberanía y a impedir el tráfico de estupefacientes--juro que pensé igual que otras personas: que la misma no era mas que una puntual bola de humo; un rumor puesto a correr con ocasión de los recientes “cañonazos” que han estado amenizando el carnaval dominicano. Y así lo quisiera seguir creyendo. ¡Pero, ¿y si es que nos están tomando el pulso?  

A esa información no se le ha dado seguimiento, y por lo tanto, ya no esta en los diarios; y porque además, en nuestro país las malas noticias se generan tan aprisa que van cubriéndose la una con la otra; como la piel de la cebolla, y en este momento y  hora no sabemos si va, o no va, la instalación de la base naval que anunciara la Marina de Guerra. Ya periodistas y medios pasaron la página. ¡Qué barbaridad! 

Por esto, al reciente temblor de 3.5 grados con epicentro en Saona, lo asumo como un llamado de la isla a nuestra conciencia colectiva para que no le demos la espalda ante esta abominable amenaza. 

Esta es una broma de mal gusto y muy pesada. Un inoportuno caramelo de cuaresma que no vamos a aceptar: ni como nos llegó ahora, bien envuelto en el celofán del comunicado de Univisión y de la bemberria del carnaval; ni tampoco mas adelante, aunque venga revestido con la distracción del asueto de Semana Santa y de los colorines y fanfarria de este proceso electoral en curso. 

En este asunto hay mucho en juego; por lo tanto, con esto no se juega; ni como bola de humo ni como posible adefesio. ¡Sáquenlo del guión; o de lo contrario, desmantelen el circo, recojan sus bártulos y váyanse con su música a otra parte!  

Como dicen los muchachos de ahora: ¡¿Pero es locos que están?!

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*elsapenanadal@hotmail.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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PENSAMIENTO DEL DÍA

"Un ejército de ciervos dirigido por un leon es mucho mas temible que un ejército de leones mandado por un ciervo". Plutarco