jueves, 19 de abril de 2012

ARSENIO UREÑA Y LO QUE ES UN AMIGO

Por: Ramón Antonio Negro Veras
INTRODUCCION 
El ser humano acciona impulsado por alguna motivación; no manifiesta su voluntad si no hay algo que la motorice para ponerla en tensión.
Necesariamente tiene que ocurrir un hecho para que el hombre o la mujer hagan brotar de su cerebro las ideas que han de servirle de base de sustentación a lo que procura escribir, o las palabras que ha de sacar de lo más profundo de su garganta.
Con lo anterior he querido significar que el escrito que desarrollo a continuación no me ha surgido por un querer hacerlo, sino porque me he sentido impulsado, en este preciso momento por el hecho lamentable que se ha apoderado de mi pensamiento, de mi conciencia y ha tocado las fibras más sensibles que conforman mi comportamiento humano. 
I. COMPORTAMIENTO Y MEDIO CIRCUNDANTE
El contenido de la época, el medio circundante  y el ordenamiento social vigente en una sociedad determinada, ejercen marcada influencia en la formación y comportamiento de toda una generación de hombres y mujeres nacidos y desarrollados en semejantes coyunturas de la vida política y económica de un país cualquiera. 
No hay que ser un sabihondo, sociólogo o cientista, para darse cuenta, por ejemplo, que tienen un comportamiento o actitud diferente ante la vida, las dominicanas y dominicanos nacidos durante todo el curso del régimen tiránico de Rafael Leonidas Trujillo Molina, que aquellos que han nacido con posterioridad a la desaparición física del tirano. 
Todos aquellos que hemos tenido la dicha de contar ahora con cincuenta y cinco o más años de edad, y siempre hemos vivido en la República Dominicana, tenemos una forma diferente de reaccionar ante los fenómenos sociales, que los jóvenes adultos menores de la citada edad.
No es que los que nacimos y nos desarrollamos en le curso del régimen trujillista somos mejores o peores que aquellos que llegaron a la vida después, sino que estamos formados de otra forma, con otros criterios de lo que es la dignidad, el decoro, la mentira, la lealtad, la solidaridad, el orgullo personal, respeto a la palabra dada, el sentido de la vergüenza y toda una serie de normas y principios que vienen a ser nuestro código de conducta, el guía de nuestro accionar en el medio social en que vivimos.
El hombre y la mujer de ayer son coherentes, se comportan con seriedad por la mañana, en la tarde y en la noche hasta que se duermen; no son amalgamas humanas convertidas en serios, sinvergüenzas, simuladores y farsantes. Son hombres y mujeres de una sola pieza, todo serio o todo corrompido. 
Para comprender la gran diferencia que se presenta entre el dominicano de ayer y el de hoy, basta con tomar como punto de referencia lo que es un amigo. 
II.- CONOCIDOS. AMISTADES Y AMIGOS 
En la sociedad dominicana de hoy no se distinguen las relaciones humanas que se dan entre el conocido, la simple amistad y el amigo. Aquí se juega con el concepto amigo como si fuera un vínculo cualquiera. 
Un conocido puede no tener ninguna ligazón con el que le conoce. Cuántas personas no conocen a famosos artistas, peloteros, políticos, escritores, poetas, dramaturgos, etc., con los cuales nada les une. Cualquiera figura mundial de renombre, afamado y distinguido, es posible que sea conocida por millones y millones de personas, que talvez solamente lo conocen en fotos o por canales de televisión. 
La amistad es una relación personal cordial, con expresión de cariño, distinción y cierta concordia. Personas que tienen relaciones de amistad se guardan cierto respeto y confianza. La amistad genera simpatía mutua, aprecio. Es posible mantener amistad con miles y miles de personas, no así tener miles y miles de amigos. 
El vínculo de lo que entraña ser amigo o amiga, es algo muy especial. Los amigos vienen a ser la prolongación de la persona de su amigo. Al amigo se le deposita absoluta confianza, afecto salido de lo más profundo del corazón. 
Entre los amigos se crea entre sí una unidad de devotos, de partidarios, camaradería y vínculos de sentimientos indestructibles. El amigo es un adicto a su otro amigo; hay entre amigos adhesión, solidaridad y ciega lealtad. En la unión entre amigos no hay posibilidad de crear fisuras. Los amigos se escogen ellos mismos entre sí, su relación es el resultado de un conocerse y estudiarse mutuamente. 
El error que hay hoy de confundir a los conocidos y a las amistades con los amigos, ha debilitado aquellos vínculos indestructibles que ayer fueron sagrados. 
Ese error que existe hoy de confundir a los conocidos y a las amistades, con los amigos, ha permitido que en este país se le llame amigo a cualquier farsante, sinvergüenza y desleal sin el más mínimo sentido de dignidad ni de decoro. “No se deshonra el nombre santo de amigo, dándolo a un hombre de poca o ninguna virtud”. 
III.- EL AMIGO DE HOY AQUI 
En la escala de valores de la sociedad dominicana actual, el concepto de la virtud en las personas se ha desnaturalizado como valor personal ético; no se toma en cuenta la valía del ser humano por los aportes a la sociedad, sino por los bienes materiales que puede haber acumulado sin importar los medios para alcanzarlos.
Lo ideal fuera que en el futuro se pudiera educar a la niñez dominicana en el sentido de apreciar en su real contenido la virtud como principal elemento del concepto ético. 
El criterio que se tenía antes en nuestro medio de lo que es un amigo, ya ha desaparecido en la conciencia de muchos de los que forman la actual generación, porque se ha llegado asumir la falsa idea de que un amigo es cualquier cosa. 
En la medida que se ha deteriorado la sociedad dominicana, en igual sentido se han ido haciendo añicos los valores que entrañaba ser amigo. Hoy a cualquier aparecido, o conocido de un día para otro, se bautiza como amigo, como si se llega a ser amigo por complicidades y diabluras que planifiquen dos o tres sinvergüenzas. 
Para un ser humano valorar lo que es el significado de amigo, debe tener conciencia de lo que es la lealtad, el querer, la solidaridad, la comprensión, y otros valores éticos que tienen contenido de categoría histórica. 
El agrietamiento hoy de la palabra amigo, ha generado en muchos de nuestra generación, de los que hoy estamos en la tercera edad o vienen cerca de ella, un más fuerte y sólido apego a nuestros amigos; nos sentimos más unidos, más compenetrados, hasta tratarnos como lo que somos: hermanos. 
Los verdaderos amigos no tenemos que darnos muchas explicaciones, nos conocemos muy bien. No tenemos que hacer juramentos para darle fuerza a nuestras exposiciones. Creemos en la palabra dada y eso nos basta; tampoco tenemos que estar juntos todos los días, el calor humano nos los transmitimos mentalmente a cada momento y mutuamente. 
Por ejemplo, tengo dos amigos que para llegar a pie a sus respectivas casas no me tomo más de cuarenta y cinco segundos. Sin embargo, muchas veces duro hasta dos años sin visitarles. Pero eso no limita, en lo absoluto, el cariño, respeto, distinción y admiración que les tengo a ambos. Ellos dos son parte de mis hermanos no biológicos, con los cuales tengo lazos de hermandad indestructibles. 
IV.- LOS AMIGOS Y LA EMIGRACION
Algunos fenómenos sociales, como la emigración, contribuyen a debilitar la afinidad entre los amigos. La salida del país de algunos de los míos hacia el extranjero, me separó de muchos de ellos, pero ha sido algo material, el cariño entrañable, la confianza, el sentido de fraternidad no se ha debilitado en lo más mínimo. Podemos dejar de vernos diez o veinte años, pero el día que nos encontramos nuevamente de nuestros corazones sale de inmediato la renovación de todos los sentimientos positivos que nos unen.
Desde que nos abrazamos comenzamos a recordar los momentos pasados, las aventuras en la escuela primaria, intermedia y secundaria; las actividades deportivas en común, las cherchas nocturnas, en fin, la emigración no ha limitado en nada la franqueza, la confianza que iniciamos al comienzo de las mutuas relaciones fraternas que todavía hoy se conservan inalterables. 
Me siento el hombre más feliz de la tierra cuando me encuentro con uno cualquiera de mis amigos de siempre, con esos que son de una sola pieza, sin dobleces, de una sola cara y un solo corazón.
He tenido la dicha de tener amigos de todos los sectores, capas y clases sociales; de distintas preferencias sexuales y criterios políticos, ideológicos y religiosos. Mis amigos no son buenos ni malos, son mis amigos, sin importar sus defectos y virtudes; de las críticas si puedo defenderlos, los defiendo; si no puedo, no permito en mi presencia ataques a su conducta. 
En algunos momentos de mi vida se me ha presentado el conflicto de ante dos de mis amigos, uno de los dos ha lesionado al otro; he procedido sopesando de qué lado está la razón; me inclino abiertamente al lado de aquel que, en justicia, considero la víctima, sin quitarle mis afectos y cariño sincero al que ha faltado.

V.- LOS AMIGOS Y SU CODIGO 
En las relaciones entre sí los amigos deben tener un código no escrito de comportamiento, una reglamentación en el trato que haga posible el mantenimiento fraterno de los vínculos con el tiempo: la comprensión, la fidelidad, la lealtad, la solidaridad, la unidad en la diversidad, crítica constructiva y franqueza. 
No puede generar confianza el amigo que no da demostración real de lealtad, adhesión, cumplimiento y veracidad probada. Es extraña entre amigos la palabra engaño, trampa, mentira, traición, deslealtad y perversidad. 
El sentido de ser amigo va acompañado de nexos, vinculación, cariño sano, inclinación mutua y entrega total. Las relaciones entre los amigos deben de ser comunes, no se conciben de un solo lado. 
VI.- EL CASO JORDI Y MIS AMIGOS 
Un hecho me ha servido a mí, en estos últimos años de mi vida, para conocer a fondo la esencia de los puntos que unen a los amigos puros, a los verdaderos, a los de siempre. Veamos. 
A raíz de la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi, conocidos, amistades y amigos manifestaron total solidaridad para con Jordi, mi familia y conmigo. Luego de transcurridos unos días de la acción criminal, la persona que encargó y pagó para llevar a cabo el crimen contra Jordi, financió una campaña para confundir a los investigadores, y también a la opinión pública con relación a la real motivación para que se ejecutara el crimen. 
Ante esa campaña sucia, perversa y malvada contra mi, mi familia y Jordi, desarrollada por medios de comunicación escritos, radiales y televisivos, muchos de mis conocidos y amistades dieron crédito a los infundios, pero mis amigos rechazaron de plano las especies y conjeturas pagadas puestas a circular por los asesinos, por órgano de sus cómplices pagados y sicarios morales. 
Ante el bombardeo mediático pagado, mis amigos se mantuvieron firmes, no dieron cabida a la difamación, a los perversos que estando Jordi al borde de la muerte, y mi familia y yo en permanente estado de desesperación, procuraban pisotear de burla la sangre derramada por Jordi, mis lagrimas de dolor y burlarse de la aflicción que dominaba a mi familia entera. 
Desde el momento que fui informado de la reunión que se había hecho, y el dinero pagado para la labor difamatoria, sabía que a ninguno de mis amigos debía de darles explicación alguna; ellos confiaban, se inclinaban reverentes ante las informaciones que yo les aportaba de todo el curso de las investigaciones.
Ese hecho de la campaña sucia con motivo del Caso Jordi, dialécticamente me permitió, primero, sacar de mí círculo a personas con las cuales no debía de ocupar mi tiempo ni con un saludo, y segundo, fortaleció e hizo más y más estrechos los vínculos que me unen a mis amigos que no se doblan, son hombres y mujeres de acero. 
VII.- ELIMINAR A LOS NOCIVOS 
Sin proponérselo, muchas veces ocurren cosas que hacen posible ponernos a prueba, pasar balance a esas relaciones que se dan en el medio social identificadas de conocidos, amistades y amigos. Esos hechos se presentan, en determinadas circunstancias, como coladores, filtros, destiladores, tamices, cedazos, como horneros. 
Desde que supe de la campaña sucia pagada, y de los conocidos y amistades que dieron cabida a los infundios, mentalmente tomé en mis manos un colador y por él puse a circular a muchos que me di cuenta que no valía la pena que yo les dispensara un saludo, ni una mirada de respeto y cariño. Fueron borrados de mi mente, sin pena ni rencores. Pura y simplemente, ignoro su existencia. 
Así se nos presenta la realidad de la vida en sociedad. A lo mejor si no ocurre el caso de mi hijo Jordi, todavía hoy yo mantuviera relaciones de amistad con personas que nunca merecieron de mi no más que la indiferencia o el desprecio. 
A mis hijos les digo que deben siempre valorar a sus buenos amigos, que deben quererlos, ser solidarios, y hacerles y recibir críticas constructivas. Por cierto que, no obstante la edad que me separa de los amigos de mis hijos, con la mayoría mantengo fraternas relaciones cultivadas desde que estuvieron en escuelas y universidades.
VIII.- LOS AMIGOS Y SU ENCUENTRO 
Los amigos no salen a buscarse, el encuentro casi siempre se da en forma accidental entre dos personas que a lo mejor nunca se han visto físicamente. 
El hecho que motiva la primera comunicación entre los futuros amigos puede ser de diferente naturaleza y en los escenarios más variados: un estadio de pelota, una funeraria, un centro escolar, universitario, en fin, ambos cruzando una calle o avenida en vehículos o como peatones. 
No hay nada predeterminado para que los hoy amigos puedan    decir mañana que, ayer, se pusieron de acuerdo para ambos estar a la hora y lugar que se comunicaron por primera vez. 
La realidad es que los amigos dan inicio a los vínculos de fraternidad en un determinado momento, pero no saben cuándo se van a separar, si por diferencias, disgustos o por la muerte de uno o de ambos a la vez. 
Manuel Arsenio Ureña
IX. LA MOTIVACION DE ESTE ESCRITO: LA PARTIDA DE ARSENIO UREÑA 
Es posible que algunas personas de aquellas que tengan la posibilidad de leer este escrito, se hagan la pregunta ¿qué ha impulsado a Negro Veras a escribir este artículo, se siente frustrado por algo que le hizo un amigo, ha sido víctima de una traición comprobada recientemente, en fin, se siente Negro Veras decepcionado de cómo se ha ido deteriorando el sentido de la amistad en nuestro medio social?

Quiero aclarar que ninguna de las anteriores interrogantes me ha motivado a exponer estas ideas relacionadas con los conocidos, las amistades y los amigos. La razón de este escrito resulta de lo siguiente:  
Por allá, por la década del cincuenta del siglo pasado, contando yo con diecinueve años de edad, trabajaba como mensajero en una farmacia de mi ciudad natal, Santiago; mis labores las realizaba en horario de ocho de la mañana a doce del mediodía, y de dos a seis de la tarde.  
Una vez concluía mis labores en la farmacia me trasladaba a mi hogar, cenaba y de inmediato me marchaba hacia la Academia Santiago, donde realizaba estudios comerciales, desde las siete hasta las diez de la noche, de lunes a viernes.
Una tarde, en la farmacia fui encargado de llevar una medicina a una casa ubicada en la acera suroeste de la esquina formada por las calles 16 de Agosto y Avenida Valerio de Santiago.
Frente a frente a la casa donde debía de entregar la medicina, pero en la esquina noroeste, estaba ubicado el almacén identificado con el nombre de J. Toribio Ureña, y ahí trabajaba un jovencito de color blanco, pelo lacio, algo tímido, que por su forma de hablar me di cuenta que tenía origen rural y no hacía mucho que había llegado a Santiago.

Establecí comunicación con el jovencito, le di mí nombre y él me dio el suyo: “Arsenio Ureña, y trabajo en este almacén que es propiedad de un pariente mío”. 
Desde ese encuentro Arsenio y yo nos comenzamos a tratar. Con el tiempo me fui a la universidad, y Arsenio pasó de ser empleado a tener su propio negocio.
Nos mantuvimos siempre en comunicación fraterna, aunque por actividades laborales muy diferentes –él empresario y yo abogado-, no siempre estábamos juntos, pero cuantas veces nos encontrábamos, compartíamos con toda franqueza y cariño.
Siempre le manifestaba a Arsenio, mi satisfacción por el progreso económico que había logrado con su propio esfuerzo. Desde muy joven fue un trabajador incansable, y muy consecuente con sus trabajadores.
En su oportunidad, Arsenio y yo residíamos uno al lado del otro, separados por una pared, lo que nos permitió ser además de amigos, vecinos.
Cuantas veces Arsenio me confiaba un nuevo proyecto empresarial suyo le felicitaba y animaba para que continuara siendo el hombre emprendedor y de éxitos. El tuvo la dicha de tener en su esposa Camelia, a una gran compañera, unidos levantar una bonita familia.
No olvido que el mismo día 2 de junio de 2010, cuando mi hijo Jordi fue víctima de una tentativa de asesinato, Arsenio se presentó a la clínica ante mí, me dio un fuerte abrazo, y al oído me dijo: “Negro, tengo para ti todo el dinero que necesites para salvarle la vida a tu hijo”. Le dí las gracias, me sentí como si hubiera aceptado su acto de solidaridad. 
Los gestos de solidaridad y desprendimiento formaron parte del comportamiento de Arsenio, siempre dispuesto a extenderle la mano a quien precisara ayuda. 
En los últimos tiempos, cuando nos encontrábamos, Arsenio siempre me decía: “Negro, voy a ir a tu casa a sacarte amarrado para que me acompañes en el campito de Los Montones”. 
Precisamente, el sábado 14 de enero del año en curso 2012, aceptando las reiteradas invitaciones de Arsenio,  en compañía de mi hijo Ho-Chi Ernesto, me trasladé a Los Montones a la acogedora casa de la familia Ureña Rodríguez.
En todo el curso del encuentro en Los Montones, los presentes, amigos todos de Arsenio y su familia, pasamos un día sumamente agradable, inolvidable. Arsenio departió con los asistentes a todo dar. 
Pero la vida cambia, a veces, en un santiamén, y del recuerdo de un momento de alegría, en un instante llega la noticia triste, y ahora así me ha ocurrido a mí.
Todavía tenía presente el momento feliz que había disfrutado con Arsenio, sus familiares y amigos comunes. Pero en el mes de marzo del presente año recibí la infausta noticia de que mi amigo Arsenio, estaba afectado en su salud, que había sido trasladado a tratamientos médicos hacia los Estados Unidos de Norteamérica. Hice contacto con Juan Manuel, uno de sus hijos, para saber el estado en que se encontraba su padre. A su regreso al país, seguí en forma permanente informándome de cómo seguía Arsenio. 
El día trece (13) del mes de abril de 2012, me informé, por medio de uno de mis hijos, que mi amigo Arsenio, continuaba muy enfermo. Esta noticia me motivó a dirigirle a Arsenio, una carta con el siguiente contenido:
Santiago de los Caballeros
13 de abril de 2012 
Señor
Manuel Arsenio Ureña
Sus manos
Mí amigo Arsenio:
Me siento sumamente bien porque tengo calidad para dirigirme a ti y decirte: amigo. 
Ciertamente, nuestros lazos de amistad comenzamos a cultivarlos por allá, a mediados de la década del cincuenta del siglo pasado, cuando nos conocimos, tú recién llegado de La Sierra, y laborando en la J. Toribio Ureña, un pequeño almacén ubicado en la acera oeste de la esquina formada por las calles 16 de Agosto y Avenida Valerio de esta ciudad de Santiago. Para esa misma época yo trabajaba como mensajero de una farmacia.
Recuerdo que luego, con tu esfuerzo y laboriosidad, instalaste tu propio negocio en la Avenida Valerio, entre las calles Eladio Victoria y Máximo Gómez.
Arsenio, lo que menos yo suponía era que llegarías a ser mi vecino, en la calle Salvador Cucurullo No.151, casi esquina Colón, a raíz de tu matrimonio con tu eterna compañera Camelia.
Para más fortalecerse nuestra amistad, por feliz casualidad nuestros hijos estudiaron juntos los primeros años.
Arsenio, siempre te he dicho que tú eres de mis líderes empresariales de Santiago. Admiro en ti tu decisión de emprender nuevos centros de producción generadores de empleos. Esto ha impulsado respeto y admiración hacia ti en lo mejor de la sociedad dominicana que ve en ti un hombre de bien, un gran ser humano dispuesto a extenderle la mano solidaria a quien precise de ella. 
En otro orden, sé que comprendiste lo agradable que fue para mí compartir contigo, tu familia y decenas de amigos comunes en tu acogedora casa de Los Montones, el día sábado 14 de enero del año en curso 2012. Me sentí ese día un hombre feliz al verte a ti, contento, pelándoles naranjas a tus invitados. En ese instante me remonté a la época cuando nos conocimos, tú y yo en plena juventud, y ya hoy somos miembros del Club de la Tercera Edad. 
De la visita a Los Montones quedé tan vivamente emocionado que recientemente le dije a nuestro común amigo, el Ingeniero José Israel Cuello, que organizáramos contigo y Camelia un nuevo encuentro en la casa de campo de ustedes. 
Por medio de tu hijo Juan Manuel, le he dado seguimiento a tu estado de salud. Sé que tú vas a superar tu quebranto; tú mereces vivir muuuuuuchos años para satisfacción de todos los que te admiramos y queremos. 
Arsenio, aprovecho la ocasión para decirte que me he motivado escribirte estas líneas como reiteración de mis afectos y distinción hacia ti. Nuestros vínculos de amistad se han solidificado con el transcurso de más de cincuenta y cinco años, y así será por siempre. Con mucho cariño, mucha salud y afectos para ti. Muy atentamente, Ramón Antonio Negro Veras.      
Después supe que Arsenio, se había sentido muy contento con lo que le había expuesto en mi carta. 
Debo confesar que después del fallecimiento de mi compañera Carmen, víctima de un cáncer terrible, se me ha hecho muy duro, anímicamente, ver a un ser querido postrado en una cama sufriendo de esa enfermedad.
Puedo decir que la vida me ha puesto a prueba en los ángulos de la alegría y la tristeza. Muchas veces ella me enseña la parte fea de la existencia del ser humano, porque me ha hecho pasar momentos amargos, ácidos, de crueldad, siento que en estos momentos me ha tratado sin compasión ni misericordia. Hoy recibí la fatídica noticia de que mi entrañable amigo, Arsenio Ureña, ha fallecido.
Con la partida de Arsenio, el país pierde a un gran ser humano, a un gran hombre, sumamente generoso, solidario, laborioso, emprendedor.
Todos aquellos que tuvimos la dicha de conocer, compartir y valorar en vida a Arsenio Ureña, debemos de sentirnos honrados de haber contado en nuestro medio social con un hombre de su sensibilidad, comprensión, delicadeza, que durante toda su existencia supo transmitir cariño, paz y alegría a los demás. 

De mi parte, hoy, ante la ida de Arsenio, me limito a decirle desde aquí, el planeta tierra, que le recordaré siempre con el mismo cariño, admiración y respeto, orgulloso de poder llamarle mi amigo.

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"Un ejército de ciervos dirigido por un leon es mucho mas temible que un ejército de leones mandado por un ciervo". Plutarco