viernes, 9 de diciembre de 2011

Pobre Miguel Vargas, no entiende y nadie le explica

Por Enrique Santana


            Hay personas que por más que se les explique, nunca llegan a entender.  Este es el caso de Miguel Vargas Maldonado, presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD)  y adversario principal de la candidatura de su organización que encabeza Hipólito Mejía.  El hombre no termina de asimilar su derrota en la Convención que eligió al candidato presidencial perredeista.  El buen político tiene que entender que cada día se le presentaran circunstancias diferentes y que su trabajo es poner esas circunstancias a trabajar a su favor.

            Repasemos las circunstancias políticas que se le han presentado al MVP, como se le conoce a Vargas, y las decisiones que tomó frente a las mismas.

            Luego de la exitosa campaña interna que le permitió ganar la candidatura presidencial de su partido en el año 2008, con más del 80% de los votos de su  partido, empezó a alimentar un ego interno que le ha venido acompañando desde entonces y que en la actualidad sigue dominándolo. 

            Primera “metida de pata” fue renegar durante su campaña presidencial de todo lo que su partido ha significado en la vida política del país, como es su historia y suplantándolo con un “nuevo” PRD que no logró entusiasmar a las masas perredeista y que nunca entendimos. 

 La segunda y más estúpida de todas sus metidas de patas fue firmar el pacto de las “corbatas azules” en las que abrió las puertas para que Leonel Fernández e Hipólito Mejía, quienes estaban impedidos constitucionalmente de postularse nuevamente a la presidencia de la República, pudieran hacerlo.  Con la firma de ese pacto quedó al desnudo la ingenuidad política de Vargas Maldonado.

            Luego vino la funesta decisión durante la campaña de medio tiempo del 2010 cuando, contrario a lo que recomienda la lógica de la política, se reservó para sí más del 70% de los puestos electivos, para designar a dedo a aquellos que le eran afines, hiriendo susceptibilidades y eliminando en gran parte las Primarias Internas, que son las que movilizan las bases del partido en tiempos electorales.  Esto le creó un pequeño ejército de inconformes que al final se las cobraron cuando Vargas Maldonado decidió aspirar nuevamente a ser electo candidato presidencial de su partido.

            La suma de tantos errores desembocó en una inesperada derrota a lo interno del PRD, poniéndole un alto a las esperanzas de Miguel Vargas de optar nuevamente a la presidencia de la República por su partido.  Pero Miguel, en lugar de reflexionar sobre sus adversidades, sacar algunas enseñanzas de sus errores,  y reinventar su futuro dentro de su partido, lo que ha hecho es patalear como un chiquillo, entorpeciendo los trabajos partidarios y torpedeando de manera continúa la candidatura presidencial de su casa que es el PRD.

            Su posición ante la evidente intención del PLD de agenciarse suficiente poder dentro de la Junta Central Electoral que les permita la exclusividad al momento de contar los votos demuestra que la ingenuidad le sigue acompañando.  El PLD no entiende de razones.  Nada más hay que oír al Trujillito secretario general de ese partido para darnos cuenta de que usaran su poder hasta donde sea necesario para mantenerse gobernando.  Las posiciones “institucionales” de Miguel frente al atropello peledeista no ayudan a su partido.  En las presentes circunstancias nos viene a la  mente aquella famosa frase del profesor Juan Bosch en momentos en que el gobierno balaguerista imponía su voluntad sobre los asuntos del país:  “al gobierno balaguerista hay que forzarlo a respetar su propia legalidad”.  Y de eso es de lo que se trata, de que el gobierno peledeista respete su propia legalidad.  Y Miguel Vargas no está ayudando a lograr ese objetivo.
Alguien debe decirle a Miguel que su futuro político en gran medida depende del éxito, y no del fracaso de la candidatura de su partido.  Si Miguel se integra y trabaja para que esa candidatura triunfe, podrá reclamar su porción de esa victoria.  Y nadie le negara sus derechos ganados para ser candidato en el 2016.  Si no se integra y gana el binomio Hipólito Mejía – Luis Abinader, se entenderá que el PRD ganó “por encima” de él, y sus aspiraciones enfrentarán múltiples escollos.  Si por el  contrario hay una derrota perredeista en el 2012, hasta ahí llegará su carrera política.  Todos les señalarán como el orquestador de esa derrota, y no creemos que tendrá el descaro de acercarse por los predios de  su partido.

            Hay una expresión en ingles que define muy bien la posición de una persona en momentos en que se lucha por un objetivo.  La misma reza que usted “va al frente como líder, se integra como un leal seguidor, o se quita del medio”.  Esa es la disyuntiva de Miguel.  ¡Que alguien le lleve el mensaje!

           

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese Vargas es tan bruto y perezoso que hasta para pensar hay que ayudarlo. Muy bueno y certero Santana.

Anónimo dijo...

Sin desperdicio!

PENSAMIENTO DEL DÍA

"Un ejército de ciervos dirigido por un leon es mucho mas temible que un ejército de leones mandado por un ciervo". Plutarco