¡El mundo se está acabando!
Oigan esto: Nada menos que el presidente de la Asociación Dominicana de Profesores, Radhamés Camacho ha tenido los timbales de decir que está conforme con la asignación de 3% del PIB a Educación en lugar de lo que establece la ley que es, hay que repetirlo, el 4%.
Que lo diga cualquier guanajo, uno lo entiende, pero no el presidente del gremio que agrupa a los maestros. NO, a él no le luce, por más peledeísta que sea.
¿Cómo es posible que mientras diversos sectores de la sociedad, inclusive grupos de discapacitados, se lanzan a las calles a reclamar -cívica pero valientemente- el 4%, aparezca precisamente el presidente de la ADP, diciendo que está bien que con la miseria que le ha dado el gobierno al sector educativo?
Eso no tiene Madre (ni Padre, ni Hijo, ni Espíritu Santo).
Pero no hay que crucificar a Camacho por ser inconsecuente. Los verdaderos culpables, los bárbaros son los profesores quienes lo eligieron a sabiendas de que Camacho es miembro prominente del PLD, y que no tiene la suficiente capacidad para deslindar los campos y oponerse a decisiones del gobierno que perjudiquen a los profesores.
Por suerte, otra dirigente de la APD, la profesora María Teresa Cabrera, ha asumido el rol que le corresponde y, en representación del gremio, ha encabezado junto al jesuita Mario Serrano, Magino Corporán, Patricia Gómez, Jenny Torres, los muchachos de Toy Jarto, el Feflas, Felabel, la Multitud, Juventud Caribe, empresarios, Copadeba, comunicadores como Huchi Lora, Juan Bolívar, Altagracia Salazar, Cavada, y todos los miembros de la Coalición por una Educación Digna, que llevando como única arma la razón y un paraguas amarillo han venido reclamando que se cumpla con la LEY GENERAL DE EDUCACION 66-97, la cual establece que el 4% del PIB o el 16% del Presupuesto Nacional (el que sea mayor) sea destinado a la educación.
Camacho reniega de su clase y -sin decoro- se suma al coro de los congresistas del PLD y del señor Presidente que no ven necesario, ni posible, una mayor inversión en Educación, que no respaldan el 4% del PIB para el sector, cuando inclusive empresarios como Martín Álvarez, gerente general de la empresa Dell, advirtieron esta semana sobre la necesidad de mejorar la educación para que el país sea económicamente competitivo.
A Camacho se le olvidó que hasta Danilo Medina, su líder y candidato, se comprometió hace menos de un mes a respetar la ley y asignar el 4% del PIB a Educación.
¿Cómo es posible construir las miles de aulas que faltan, si no es con más dinero? ¿Cómo mejorar de verdad los salarios y las condiciones de vida de los profesores, sin un presupuesto adecuado?
Sólo con más dinero se puede dejar atrás la vergüenza de ver a profesores dando clases debajo de un árbol, por falta de un plantel. De tener maestros con mala preparación y sin ninguna motivación.
Es tiempo ya de que el país deje de estar en el último lugar en Educación.
Para eso hay que seguir reclamando, hasta conseguir, el 4% y más para Educación.
German Marte
germanmarte4@gmail.com
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